El jaloneo y el desgreñe en la Sección 51 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), por la Secretaría General que aún encabeza Jaime García Roque, está subiendo de tono y amenaza con derramar sangre.

Se dice que el golpeteo ha rebasado la sana competencia y podría convertirse en una carnicería y en un verdadero infierno para sus protagonistas.

Por algo el Secretario de Educación Pública, Melitón Lozano Pérez, permanece callado, atento y al margen del proceso electoral que está por celebrarse -parece un hecho que en junio- para elegir al nuevo líder sindical.

Y aún más si es que Melitón desea ser tomado en cuenta en la sucesión de cara al 2024 en el estado.

No hay duda que los comicios a celebrarse en el SNTE 51 serán históricos por varias razones: la primera, porque se llevarán a cabo dos años después de lo previsto por el tema de la pandemia y el Covid-19, tal como ocurrirá en las 61 secciones de todo el país.

La segunda, porque esta elección atípica se llevará a cabo bajo las condiciones de la Ley Federal del Trabajo, la cual obliga a los sindicatos a celebrar comicios mediante voto universal, directo y secreto.

Y tercera, porque con esto quedan anulados totalmente los delegados sindicales, quienes sesgaban y otorgaban el triunfo del proceso al candidato del secretario en turno.

Sin embargo, esta vez parece que sí se hará valer el voto de los casi 30 mil trabajadores de la educación, quienes  le darán la victoria a quien gane en las urnas, insisto, sin la intervención de los delegados o del aún secretario general.

Tal vez por ello es que los ánimos en el SNTE 51 están tan caldeados.

Y, por lo mismo, tal vez, también, la guerra en el gremio parezca un suicidio.

Eso sí, los favoritos a la secretaría general prácticamente son únicamente dos: Felipe Neri Morán Álvarez, actual Secretario de Finanzas, y Alfredo Gómez Palacios, Secretario de Créditos del Issstep.

Quien parece haberse rezagado y quedado en el peligroso camino de las acusaciones por corrupción es Dinorah García Hernández, actual directora del Fondo de Ahorro de la Sección 51, a quien parecen no cuadrarle las cuentas, por ejemplo, del edificio propiedad del gremio, ubicado a un costado del INEGI, en la zona de la CAPU, el cual debió haber costado 140 millones de pesos y no los 172 en los que se incrementó la obra.

Eso sin mencionar a detalle el costo de los regalitos que compró y llevó como obsequio a la boda de Elba Esther Gordillo Morales, unos bolsos “sencillitos”, se dice, de entre 35 y 40 mil pesos.

Por cierto, en el SNTE 51 se menciona que la compra del terreno para la edificación del citado inmueble se hizo a José Yitani, mientras que la construcción estuvo ligada a empresas morenovallistas.

Y lo peor, se menciona que lo mismo podría suceder con la construcción del inmueble que albergará el Fideicomiso de Aportaciones del SNTE 51.

Empero, otro tema que podría sacar chispas en el contexto preelectoral del sindicato de maestros es la entrega de 500 computadoras, por parte de Alfredo Palacios (de un total del mil 200 pendientes) a maestros que podrían sumarse a su causa para apoyar sus aspiraciones.

Por lo pronto, el caballo negro, dicen, Felipe Neri Morán, un profesor que cumple con todos los requisitos que se requieren para convertirse en el nuevo secretario general del SNTE 51, particularmente el del addendum al Reglamento para la Elección de Directivas Seccionales, el cual estipula que para ocupar la Secretaría General se requiere que los aspirantes hayan formado parte de este durante dos periodos u ocho años ininterrumpidos, va con paso un tanto cuanto lento pero seguro.

El requisito del addendum, hay que subrayar, lo cumplen únicamente Felipe y Alfredo, pues ambos tienen más de ocho años siendo parte del Comité Seccional, primero con el ex secretario José Luis Barrera de la Rosa y después con Jaime García.

En el caso de Felipe Neri Morán, habrá que decir que sus negativos sólo son dos: que siempre llega tarde a sus reuniones y que le prometió whisky a todos los maestros si logra salir triunfador en la próxima elección de la sección 51 del SNTE.

Por su parte, Alfredo Gómez está gastando mucho dinero para tratar de ganar, cosa que le puede rebotar como bumerang si no transparentan sus millonarios recursos.

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