Preocupado, no porque la gente lo vaya a echar del gobierno sino más bien porque la consulta popular del próximo 10 de abril no tenga la respuesta que él espera, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ya aceleró la operación de lo que desea sea su próximo triunfo en las urnas.

A ello se debe que toda la estructura gubernamental esté volcada en la promoción y difusión de la consulta que está próxima a realizarse.

Porque el mandatario nacional no sólo está echando mano de los recursos federales sino también de sus “amigos”, quienes han sido beneficiados con alguna concesión en lo que va de su administración.

De esta forma, por ejemplo, la colocación y aparición de espectaculares, vallas, pendones, pantallas y todo tipo de promoción para el asunto de la revocación de mandato no incurre en ningún delito electoral.

Y la operación es muy sencilla: son los particulares quienes contratan y pagan la publicidad de la consulta de abril.

Así el gobierno se lava las manos, AMLO sale bien librado y el INE no le puede comprobar incurrir en violación a la normatividad por la consulta organizada.

En Puebla, igual que en el resto del país, ya existen espectaculares, anuncios en los paraderos, vallas y todo tipo de promocional estimulante que impulse la votación que se avecina, la cual, hay que subrayarlo, no está teniendo la respuesta que tanto se esperaba.

Por algo todos los funcionarios de primer nivel del gobierno de la 4T están comprometidos a entregar determinado número de apoyos a favor del presidente y de su mentada consulta.

Y en los estados, con los gobernadores, es lo mismo.

Todos quienes pertenecen a Morena, y quienes según AMLO se han beneficiado de su imagen, deberán entregar un resultado positivo o habrá mano dura.

A eso viene a Puebla -el próximo sábado- el presidente, visita que tiene como pretexto la revisión, avance y operación de los programas de Bienestar.

Ni modo que sea de otra forma.

De paso, el presidente aprovechará para medir la aceptación que tiene en la entidad, el arrastre y la ovación que le brinde la gente que lo sigue y lo venera.

Lamentablemente, para el presidente en la entidad la consulta popular no está teniendo ni el eco, ni la respuesta, ni el apoyo, ni el reconocimiento de la gente, la cual está molesta por distintas razones, principalmente por la crisis económica por la que atraviesa.

Empero, si a esto le sumamos el escándalo de la “casa gris”, los problemas internos que tiene entre sus colaboradores más cercanos, como el caso Gertz, la protesta de los actores, artistas y ambientalistas por la construcción del Tren Maya, vía la campaña “Sélvame del Tren”, así como la afectación a la península de Yucatán, entre otros conflictos como los constantes asesinatos contra los periodistas, las mujeres y los ciudadanos, la cosa se le complica al inquilino de Palacio Nacional.

Fiel a su costumbre, el mandatario ya refuerza su estrategia para salir bien librado de la próxima consulta, en la que tiene asegurado, tan sólo con el voto duro que lo llevó a la presidencia, su permanencia.

La mentada revocación del mandato es una votación como la que se realizó para disque vender el avión que no se vendió, y la ejecutada para supuestamente juzgar a los ex presidentes, quienes se siguen burlando de las ocurrencias de la 4T.

En resumen, las tres no servirán de nada.

Eso sí, dicen que en los estados no hay recursos para invertir en la movilización que deberá realizar Morena y la 4T el 10 de abril, por lo que el presidente le está apostando a su gestión directa, a su palabra, a su presencia y a su imagen para que la gente salga a apoyarlo.

Hoy por hoy la gente, la clase media y baja, a la que le apuesta el presidente, está más preocupada en conseguir recursos para subsistir, para que su familia coma algo, para que medio viva y pueda sacar el día.

Qué carajo les va a interesar salir a votar si no tienen ni para lo básico en su casa. Si los niños tienen el estómago vacío.

Y en Puebla no es la excepción.

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