Está claro que la guerra de cara a la sucesión en Puebla ya se vive por adelantado, y está centrada en contra del presidente municipal Eduardo Rivera Pérez, a quien ya consideran el rival a vencer.

A ello se debe la campaña negra en contra de Lalo desde el diario Cambio, donde lo acusan de todo.

La pregunta es ¿quién es el responsable de esa campaña?

Y la respuesta es muy sencilla, el diario es propiedad del diputado federal, coordinador de la bancada de Morena, Ignacio Mier Velasco, quien está metido de lleno en tres temas: la campaña pro reforma energética, su precampaña para convertirse en candidato de Morena al gobierno en 2024 y la campaña contra Lalo.

¿Será buen momento para abrir metralla contra el edil panista?

Y lo pregunto porque me parece que aún es temprano para que los aspirantes se expongan tan pronto y lancen sus ataques.

Creo que aún no es momento para poner sus cartas sobre la mesa, tampoco para sacar el as de la manga y mucho menos para cantar victoria o poker de ases.

Los tiempos aún ni siquiera están dados.

Tampoco es una garantía que Lalo Rivera sea el candidato del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta para que le lluevan los chingadazos, la difamación y la calumnia.

En una de esas hasta le están haciendo un favor exponiéndolo tanto.

El fuego contra el edil capitalino me parece una estrategia equivocada, pues aunque no sea el gallo del mandatario los ataques en su contra sí resultarían una nueva afrenta contra el gobernador Miguel Barbosa.

Y es que de ser o no el favorito la intención de tirarlo es la misma, por lo que estarían intentando golpear la figura que se querría potencializar de cara al 2024.

Además, si a esto sumamos que la candidatura de Morena al gobierno de Puebla se quiere arrebatar y no consensar, o litigar en la CDMX y en Palacio Nacional, entonces entraríamos a otro grave problema de forma y fondo.

¿Eso lo permitiría el gobernador Barbosa?

Porque la carrera y aspiraciones de Nacho Mier son válidas, no así las formas para lograr su objetivo.

Creo que están olvidando que en el estado el inquilino de Casa Aguayo tiene derecho de veto y opinión de apoyo a quien le plazca, con rumbo a su sucesión.

Por lo pronto, Eduardo Rivera está concentrado en el rescate y desarrollo de la ciudad, en el tema de la seguridad, del ambulantaje, de los servicios públicos, de la obra, del alumbrado y de poder responder en positivo a la expectativa de los ciudadanos.

La imagen de Lalo aún no permea en el interior del estado, por lo que es allí, insisto, donde Nacho Mier le está haciendo el favor de mostrarlo públicamente en todo el estado al atacarlo.

Le está haciendo la campaña, vamos.

¿Pues qué no se dan cuenta?.

En lo que deben tener cuidado, eso sí, es en continuar lanzando acusaciones sin sustento, las cuales podrían derivar en denuncias por difamación y daño moral.

¿Qué necesidad hay de eso?

Más bien de quien deberían tener cuidado es del senador Alejandro Armenta Mier, quien le lleva mucha ventaja a su primo Nacho.

Armenta está en franca precampaña y jura y perjura que será el beneficiado en Morena.

Eso ya lo veremos.

Mientras, continúa su camino sin obstáculos.

Sería bueno preguntarle al gobernador Barbosa su opinión al respecto.

¿Qué pensará de su sucesión?

¿Qué opinará de los interesados?

Porque en radio pasillo del gobierno ya se habla de un tercero en discordia. Y no es ni Nacho, ni Armenta, ni Lalo.

Alguien del gabinete que habría empezado a despertar el interés del mandatario.

Ya les contaré.

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