Los cambios calculados, organizados y anunciados para el Ayuntamiento de Puebla y el Congreso del Estado -en la LXI Legislatura- no son más que ajustes operativos y administrativos que a todos los poblanos nos convienen.

En ambos casos, se pretende realizar una reestructura que permita eficientar recursos y mejorar la calidad de los servicios, además de generar más y mejores acciones de gobierno en el desempeño de sus funciones.

Y es que igual en los dos casos, también, se tuvo muchos recursos, pero se hizo muy poco.

Ambas dependencias derrocharon recursos a diestra y siniestra, en sueldos y salarios para personal de confianza, en gasto corriente, en insumos y en todo tipo de acciones que actuaron en detrimento del erario.

Así que, para evitar los excesos y el derroche económico, los nuevos titulares de las dos instancias ya trabajan para lograrlo; por parte de la Comuna el presidente municipal electo de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, y por el Congreso, el presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, Sergio Salomón Céspedes Peregrina.

Tanto en el Congreso del Estado, como en el Ayuntamiento capitalino, se realizará una limpia a fin de generar acciones de gobierno que garanticen un buen desempeño.

Lalo Rivera, quien está a ocho días de asumir el cargo de edil y las riendas de la ciudad, ya dio a conocer a la mayoría de sus colaboradores, además de cómo cambiarán las cosas en el nuevo gobierno de la ciudad.

Su gabinete, de entrada, incluye de todo, políticos experimentados y con conocimiento en sus encargos, además que parece impulsar nuevos perfiles. Adelantó, además, que algunas dependencias municipales se fusionarán, tal es el caso de la Secretaría de Protección Civil y Gestión Integral de Riesgos con la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).

Lo mismo sucederá en el caso de Turismo y Desarrollo Económico, así como Infraestructura y Movilidad.

El reto, en el caso de la ciudad y el Ayuntamiento, parece muy grande y complicado, aunque tampoco imposible, por ello la importancia del gabinete de Lalo y sus integrantes.

Sobre todo, porque el gobierno saliente de Claudia Rivera Vivanco tiene en completo abandono la ciudad, y allí están de ejemplo los camellones, las luminarias, las calles sin pavimentar, los malditos baches, la locura de los semáforos colocados en la colonia San Manuel, la cual parece que los puso un desquiciado, entre muchos otros.

La ciudad, aunque lo nieguen y renieguen, está completamente destrozada y en el olvido.

El mentado cambio cacareado por la 4T nunca llegó.

Incluso parece haber sido peor que lo hecho años atrás por el mentado PRIAN, ese que tanto acusa Morena y su gobierno de corrupto, ladrón y conservador.

El gobierno del cambio en la capital poblana resultó de lo peor.

Y eso sin mencionar el basureo en que está convertido el Centro Histórico, así como las calles infestadas de ambulantes y de “obras de pánico” que resultan un desperdicio de recursos, sobre todo en la recta final del gobierno claudista.

Es por ello que el compromiso para Lalo Rivera es tal vez doble y hasta triple, toda vez que necesariamente su administración está obligada a dar resultados inmediatos, y a ejecutar planes y programas a corto y mediano plazo.

Por cierto, desde ayer empezaron a circular las invitaciones para la toma de protesta como presidente municipal de Lalo Rivera, evento que se llevará cabo el próximo 15 de octubre en el Centro Expositor.

En el caso del Congreso del Estado y los cambios y reacomodos, estos ya están surtiendo efecto.

De entrada, a petición del diputado Sergio Salomón Céspedes, ya se está revisando con lupa la nómina del personal, los sueldos y salarios, las responsabilidades, los cargos y si se cumple a cabalidad con las encomiendas de todos y cada uno de los colaboradores.

Ya incluso se dieron algunas bajas en el Congreso poblano, de personal que cobraba mucho y hacía muy poco, además de otorgar un mal trato a las personas a su cargo.

Un ejemplo es el de Jorge Eduardo Vázquez González, quien la hizo de Director Jurídico en la LX Legislatura, y quien cobraba una jugosa quincena de 31 mil pesos, es decir un sueldo mensual de 62 mil pesos.

Durante la limpia y revisión de perfiles quedó fuera del Congreso, al parecer porque su poca productividad nunca justificó su grueso salario.

El objetivo del líder Congreso no es otro que depurar la nómina del Poder Legislativo, reducirla y hacerla más eficiente.

Desde la Junta de Gobierno y Coordinación Política, pasando por el Órgano Interno de Control, el Instituto de Investigaciones Legislativas, Financieras y Socioeconómicas, la Secretaría General, la Dirección General de Servicios Legislativos, la Dirección General de Asuntos Jurídicos, de Estudios y de Proyectos Legislativos, la Dirección de Comunicación y Vinculación, la Dirección de Administración y Finanzas, y la Dirección General de Archivo.

 

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