Un muy mal sabor de boca dejó, entre los poblanos y los medios de comunicación, el debate mal organizado por el Instituto Electoral del Estado de Puebla (IEEP), evento en el que sólo se privilegió el golpeteo político contra los Rivera.

Nunca hubo debate de ideas, sólo confrontación sin pruebas.

Así es, el golpeteo sólo se centró contra Eduardo Rivera Pérez, candidato del PAN y de la alianza “Va por Puebla”, y Claudia Rivera Vivanco, abanderada de Morena y de la coalición “Juntos Haremos Historia”.

El tercero de los Rivera, mejor conocido como “Lalo fake”, y candidato del Partido Fuerza por México (FPM), Eduardo Rivera Santamaría, lo único que hizo fue sacar el cobre y descalificar y denostar a su homónimo. Con Claudia fue muy tibio, y por algo será.

Lalo fake la hizo de plomero electoral, y demostró que si no hace escándalo simple y sencillamente no se hubiese notado ni en la campaña que está a punto de terminar, ni en el pseudo debate.

El ejercicio organizado y patrocinado por el IEEP no sirvió de nada.

Más bien fue un acto muy trillado, cansado, aburrido, que sólo se prestó al morbo y al chacoteo por parte de los políticos, medios y de uno que otro despistado que estuvo pendiente las más de dos horas que duró.

Lo único bueno que dejó el debate es que se mostró un poco de 7 de los 8 aspirantes al gobierno de la ciudad, porque habrá que recordar que la candidata de Redes Sociales Progresistas (RSP), América Soto López, declinó a la invitación disque porque era sólo un evento de lucimiento para algunos.

Una verdadera estupidez como argumento, aunque América, de cualquier forma, ni se perdió de nada, ni habría hecho la diferencia tampoco.

Me parece que el más beneficiado en el debate fue Lalo Rivera Pérez, quien sigue siendo el candidato puntero a la fecha, a pesar de los ataques en su contra por parte de todos los candidatos, porque hasta Alfredo Victoria Moreno, del Partido Encuentro Solidario (PES), lo raspo cuando generalizó sus críticas a todos los políticos, a quienes llamó “los de las corbatas”.

Lo que debería hacer la autoridad electoral es organizar debates con base en las encuestas, y en las preferencias de la gente, para evitar el derroche de gastos en eventos con aspirantes que no tienen la menor posibilidad de triunfo.

Me parece que se habría dado un verdadero debate sólo entre Claudia Rivera y Lalo Rivera, quienes encabezan las preferencias.

Alfredo Victoria como político, me parece que es un muy buen médico. Aunque se reconoce su esfuerzo y su atrevimiento para incursionar en política.

En el caso de Édgar Yamil Yitani Ortega, de Movimiento Ciudadano (MC), no tiene qué hacer ya nada en política, pues su candidatura es tan endeble y ridícula que se aventó la puntada de decir que él va arriba en las encuestas.

Y ni Evelyn Hurtado Morales, de Nueva Alianza (NA), ni Roberto Ruiz Esparza, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), pintan para protagonizar el resultado de la elección, sólo fueron de relleno.

Al Capi ya su tiempo se le fue, incluso a pesar de apoyarse en sus cientos de logros deportivos como ex futbolista profesional, pues los jóvenes ya ni lo conocen, mientras que los de su época no le creen absolutamente nada.

A Claudia Rivera le sigue faltando punch por su falta de obras y logros concretos en la ciudad. Su guerra con el gobierno del estado la ha desgastado y precipitado.

El verdadero ganador del debate, en lo personal, me parece que fue el gobernador Luis Migue Barbosa Huerta, pues nadie, ninguno de los 7 candidatos, lo mencionó.

Nadie descalifico ni a su gobierno, ni a su administración.

Saben, todos, que es el gran elector.

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La ruta perdida de José Luis Márquez y las malas decisiones de Néstor Camarillo

Mala dupla, pésima, resultó la de José Luis Márquez Martínez y Néstor Camarillo Medina, dirigente estatal del PRI.

Y es que el dirigente tricolor, sin consultar a las bases, mucho menos respetar la famosa regla del veto o voto, le asignó a Márquez la candidatura a presidente municipal de Zacatlán, municipio en el que dejó de vivir hace casi dos décadas y carece de la aprobación social.

Tal vez por ello, las cuentas simplemente les salieron en números rojos, pues empezaron con el pie izquierdo.

Mala decisión de Néstor Camarillo la de hacer equipo con falsos caciques, y a eso se ha sumado una campaña mal organizada.

Como se ve que cuando ya no tuvieron un gobernador que les dijera qué hacer, y les aceitara el equipo, simplemente se les perdió la brújula.

Desesperado, José Luis, Pepe Márquez como ahora se hace llamar, seguro para tratar de borrar su pasado de corrupción, recurrió en las últimas semanas a la muy gastada “campaña negra”, pero como dice el refrán, le salió el tiro por la culata.

Así que ni su quema de lonas, ni el lanzar y distribuir papeletas con denuncias infundadas, ni los lamentos de Néstor Camarillo, han tenido eco en Zacatlán, donde, cada día se ve más rezagado en la preferencia electoral.

Un cartucho quemado es lo que el PRI se empeñó en usar como candidato a la presidencia municipal de Zacatlán.

El 6 de junio, dicen, habrá lágrimas en ese rumbo.

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