La mujer como sujeto político ha recorrido un largo camino para llegar a las instituciones públicas. Gracias al esfuerzo de múltiples generaciones feministas, su presencia es cada vez más prominente en las instancias tomadoras de decisiones. En el marco del Día Internacional de la Mujer, expertas sopesaron los avances y cuentas pendientes en la materia en una mesa de diálogo organizado por la IBERO Puebla.

Históricamente, Puebla había tenido una subrepresentación de mujeres, antes del proceso electoral de 2018, ellas ocupaban el 29% de los escaños en los congresos y solo había 13 alcaldesas en los 217 municipios. Luz Alejandra Gutiérrez Jaramillo, consejera del Instituto Electoral del Estado de Puebla, enfatizó los retos de participación política en una entidad que solo había tenido 44 alcaldesas en toda su historia.

Con el principio constitucional de paridad (2014) se impulsó el mecanismo de bloques de competitividad para garantizar paridad vertical, horizontal y contienda en municipios con posibilidades de ganar. Este principio permitió, entre otras cosas, que las planillas de contienda por ayuntamientos se integren por hombres y mujeres en igualdad estricta.

En el periodo electoral 2017-2018 hubo 11,499 candidatas en Puebla a puestos locales, lo que resultó en un Congreso Estatal casi paritario; actualmente, Puebla tiene 47 mujeres presidentas municipales. “Para lo que trabajamos es para ver el rostro de mujeres trabajando a favor de mujeres e incidir con políticas públicas con perspectiva de género”, reafirmó la consejera.

Uno de los pendientes más evidentes es la utilidad de la ley frente a la violencia política por razones de género. Recordó que esta modalidad de violencia ha aumentado debido al rechazo por parte de los varones en la política, particularmente en las regidurías y poderes municipales.

De igual manera, Gutiérrez Jaramillo llamó al impulso de democracia paritaria a nivel municipal, pues es en lo local donde las mujeres se convierten en agentes de cambio a partir del impulso de acciones puntuales para satisfacer necesidades específicas. Finalmente, destacó las aspiraciones a un sistema de alternancia entre géneros hacia la construcción de liderazgos políticos femeninos.

El debate de la desigualdad se ha centrado en el tratamiento que han dado los poderes públicos a las necesidades de las mujeres. Una de las prioridades es la incorporación de ellas al poder, a la toma de decisiones y al liderazgo en todos los ejes de la acción colectiva. Así lo valoró desde su experticia la diputada de la LX Legislatura del Congreso de Puebla, Rocío García Olmedo.

Desde su posición en el servicio público ha identificado que el ejercicio de los tres poderes debe ser visibilizado con perspectiva de género para entender las diferencias entre aplicar políticas públicas a favor de hombres y mujeres. “Las mujeres deben participar no solo en la vida política de un país, sino en la toma de decisiones que favorezcan a un grupo vulnerable como son las propias mujeres”.

A través de diferentes instrumentos internacionales se ha buscado ejercer cabalmente el principio de participación equitativa en el ejercicio del poder. Esto ha dado pie a que las mujeres se incorporen, aunque a cuentagotas, a la vida política formal. Dichos esfuerzos culminaron con acciones clave como la promulgación del principio de paridad a nivel federal en 2014 y el reconocimiento de dicha encomienda en el estado hace un año.

Como concluyó García Olmedo, todo el trabajo que realizan los movimientos feministas debe ser aprovechado por las academias y articulado con las mujeres de Estado. El principal pendiente, cerró, es poder sensibilizar en el reconocimiento de las necesidades del 52% de la población nacional: decisión sobre el cuerpo, regulación de las labores de cuidado y erradicación de las violencias.