La muerte de una elefanta embarazada en la India, luego de comer una piña con explosivos, generó reacciones entre actores y deportistas, mientras que el gobierno informó hoy que continuará con las investigaciones tras la detención de una persona.

La muerte de una elefanta embarazada en la India, luego de comer una piña con explosivos, generó reacciones entre actores y deportistas, mientras que el gobierno informó hoy que continuará con las investigaciones tras la detención de una persona.

Aseguró que “la condena por matar animales salvajes debe recibir una sentencia rigurosa con fuertes multas. Y hasta que las leyes de vida silvestre de la India se actualizaron recientemente, las sanciones por matar eran simplemente multas”.

Existe una frustración general sobre el enjuiciamiento de los asesinos de animales. Es importante construir la voluntad política para garantizar que se dicten penas de prisión. Una y otra vez, a los asesinos se les otorga fianza y fuga, o son absueltos en el juicio. Si este es el caso, entonces las medidas legales para acabar con los asesinatos no están funcionando”, puntualizó.

Reportes de prensa, señalaron que un hombre fue arrestado por su presunta participación en la muerte de la elefanta. “Este es el primer arresto en el caso que ha provocado indignación masiva. El arresto se produce un día después de que el primer ministro Pinarayi Vijayan dijera que tres sospechosos habían sido identificados”.

El hombre arrestado es un recolector de caucho de aproximadamente 40 años de edad y se está buscando a otros”, indicaron las autoridades.

Señalaron que el elefante se perdió en una aldea cerca del Parque Nacional Silent Valley en Palakkad el mes pasado y, luego de comer la piña con petardos rellenos, caminó durante días en agonía antes de ir a un río y morir el 27 de mayo.

Los aldeanos de la región a menudo usan petardos o explosivos rellenos de comida (fruta o grasa animal) para proteger sus campos de animales salvajes como el jabalí, práctica que ha sido ampliamente condenada”, indicaron.

Señalaron que el mamífero nativo de África y Asia, protegido y cuyas partes está prohibido comercializar, es considerado ingeniero de ecosistemas con un papel vital en su hábitat porque contribuye a mantener la rica biodiversidad de los espacios que comparte con otros animales salvajes.

Anotaron que lejos de los millones de ejemplares que se calcularon alguna vez, ahora su población se ve reducida, principalmente por la caza furtiva, para satisfacer la demanda asiática de marfil y la creciente invasión humana de sus hábitats.