Por enésima ocasión en la gestión de la consejera presidenta del Instituto Electoral del Estado (IEE) de Puebla, Blanca Yassahara Cruz García, los demonios andan sueltos en el organismo y ya provocaron una nueva revuelta.

Una sedición que ya derivó en la destitución de uno más de sus funcionarios.

Esta vez a quien le cortaron la cabeza fue al titular de Comunicación Social del Instituto, Rubén Méndez Juárez, recomendado y gente del asesor y verdadero cerebro del organismo, el ex vocal ejecutivo de la Junta Local del INE en Puebla, Marcos Rodríguez del Castillo.

De buenas a primeras, a Rubén le dieron las gracias dizque porque nunca dio resultados, ni detuvo las notas y columnas negativas al organismo.

Trascendió que sus ocho jefes, incluido el gris secretario ejecutivo del IEE, Jorge Ortega Pineda, le reprocharon el no haber cumplido con su trabajo, que era difundir y promover las acciones del Instituto.

Así como lo lee.

A Rubén Méndez lo echaron porque, según Blanca Yassahara Cruz, no hacía nada, ni comunicar lo que se estaba haciendo en el IEE, ni detener las notas negativas, ni mucho menos tener acercamiento con los medios para ponerlos de su lado.

Por ello, y por la presión del consejero Miguel Ángel Bonilla Zarrazaga, presidente de la Comisión de Comunicación Social, de la que el mismo Méndez Juárez era secretario, el área cambiará de titular.

El único detalle que olvidaron analizar los consejeros antes de echar al recomendado de Marcos Rodríguez fue que el ahora exfuncionario del IEE solo acató sus órdenes, la de los siete consejeros, encabezados por Doña Blanca y Jorge Ortega.

Es decir, los responsables de la opacidad del Instituto, de la crisis que vive el IEE por lo opaco de su desempeño, no es Rubén sino los propios consejeros.

Son ellos a los que no se les da la gana sesionar de manera presencial, quienes no acataron la recomendación de las autoridades del estado para ponerse a trabajar, para dejar atrás la ineptitud que reflejan como el árbitro de la elección que se aproxima.

No es posible que a meses de iniciar el proceso electoral del 2024 sigan los despidos y las destituciones de funcionarios clave en el IEE.

Por cierto, hoy se llevará a cabo una conferencia de prensa en la sede del Instituto sobre la “Presentación de Convocatorias para Consultas en Materia Político Electoral”, y a ver si Blanca Yassahara Cruz se digna a contestar los cuestionamientos de la prensa.

Sobre todo en relación a temas que ha evitado mañosamente con sus sesiones en línea o a distancia, a fin de seguir nadando de a muertito e ignorando su responsabilidad como presidenta del IEE.

Porque hay mucho que preguntarle a la consejera presidenta, quien le tiene pavor a la prensa.

De entrada, sería bueno saber por qué el consejero Jesús Arturo Baltazar Trujano fue designado integrante de la comisión especial que dará seguimiento a la implementación y operación del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) en los comicios federales del 2024.

Sobre todo, cuando el mismo personaje fue acusado y señalado como el responsable de las irregularidades cometidas en la contratación de la impresión de la papelería electoral, y justamente en el funcionamiento del PREP, en los comicios de 2021.

Irregularidades que le costaron al instituto poco más de 40 millones de pesos, ya que por gestiones de Baltazar Trujano se contrató el servicio del PREP a sobrecosto, en un 50 por ciento más de su precio normal.

La empresa encargada de brindar el servicio, entonces, fue “Podernet”, con la que, además, el IEE signó un convenio para arrendar un espacio en el que se instaló el centro de acopio, transmisión de datos, de captura y verificación.

El consejero contrató un servicio que al IEE le había costado en 2018 poco más de 29 millones de pesos, en una elección grande en la que se eligieron gobernador, ediles y diputados, pero que extrañamente por el que tres años después, cuando solo se eligieron legisladores y ediles, se pagaron más de 40 millones.

¿Por qué el Consejo General del IEE votó y aprobó la designación de Baltazar Trujano siendo que, además, enfrenta una denuncia penal por delitos como enriquecimiento inexplicable?

¿Qué no es todo esto suficiente para exigirle al consejero incluso que se separe del cargo para esclarecer su situación legal?

¿Se puede confiar en un sujeto con todos estos antecedentes?

¿Este IEE es el que la hará de árbitro en el 2024?

¡Vaya desgracia!

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