Va a resultar todo un reto para aquellos interesados en participar en el proceso electoral del 2024, a fin de suceder en el cargo al gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, quien soltó el anzuelo a ver quién picaba, porque corren un gran riesgo.

El riesgo de destaparse y someterse al escrutinio público para ser halagados o descalificados.

Muy inteligentemente, el mandatario decidió permitirles a los aspirantes a sucederlo en el cargo abrirse y hacer públicas sus aspiraciones para saber quién es quién.

Para calificar, avalar o desacreditar, según sea el caso, al suspirante.

Y es que el inquilino de Casa Aguayo también tiene sus filias y sus fobias, las cuales siempre las muestra en sus mañaneras.

Allí está el ejemplo del líder del Congreso del estado, el diputado Sergio Salomón Céspedes Peregrina, quien anunció ayer que buscará la candidatura al Gobierno dizque respetando la ley y a sus contrincantes, y a quien el gobernador elogió y hasta felicitó por atrevido.

Nada más chistoso.

Porque si se respetara la ley a cabalidad y a rajatabla, cualquier servidor público en funciones tendría que concluir su gestión, el cargo para el que fue designado o electo, para después pensar en saltar como chapulín a otro puesto utilizando el erario.

Eso sería lo ideal, aunque en política todo puede suceder.

Y más aún cuando el gobernador es quien alienta el escenario.

Las aspiraciones de Sergio Salomón, por cierto, son válidas, pero francamente pocas para competir en la carrera a la gubernatura, aunque tenga la estima del gobernador de su lado.

La fortaleza del diputado está acotada y concentrada en Tepeaca, el distrito al que representa en el Congreso.

Otro de los que quiere, y al que destapó un medio amigo, es el secretario del Trabajo, Gabriel Biestro Medinilla, quien aspira y le tira a todo, a ver qué logra negociar al final.

Como coloquialmente se dice: “le tira arriba para ver qué cacha abajo”.

Porque Biestro, aunque está visto que es uno de los hombres del círculo más cercano al gobernador Barbosa, nomás no jala. Lleva a cuestas la derrota ante Claudia Rivera Vivanco en la disputa por la candidatura al Ayuntamiento de Puebla por Morena.

Biestro, ni con todo el dinero que invirtió en su imagen pudo ganar la encuesta que según su partido realizó para designar al entonces abanderado el año pasado.

Esta vez, a ver en qué lugar queda de la carrera a la gubernatura, porque ciertamente hay mucha competencia en Morena.

Uno más de los aspirantes es el titular de la SEP en Puebla, Melitón Lozano Pérez, a quien francamente evidenciaron los operadores del gobernador comandados por Eric Cotoñeto Carmona, exlíder del grupo en tierra del barbosismo.

A Melitón me parece que lo engañaron porque lo placearon mal y por adelantado.

Además, los primeros que rechazarían sus aspiraciones son los maestros, quienes no están tan contentos con el manejo de la educación en Puebla, particularmente en lo administrativo.

Otro más de los tiradores es el presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE), Héctor Sánchez Sánchez, quien ha mostrado una gran habilidad política para trascender del morenovallismo al barbosismo sin siquiera despeinarse.

Lástima que el magistrado presidente del TSJE no tenga un vasto currículo de trabajo de beneficio por Puebla.

Héctor Sánchez fue uno de los hombres más cercanos al extinto exgobernador Rafael Moreno Valle Rosas y al exedil y exgobernador Tony Gali, con este último fungió como síndico en su etapa como edil de la capital.

Se le ve más bien como un brazo ejecutor del Gobierno del estado, a pesar de encabezar el Poder Judicial en Puebla.

Los otros aspirantes, hay que destacarlo y subrayarlo, son los más adelantados, y entre quienes podría definirse la próxima gubernatura, incluso.

Por parte de Morena están el senador Alejandro Armenta Mier y su primo, el líder de la bancada guinda en la Cámara de Diputados federal, Ignacio Mier Velazco.

Mientras que por la oposición y el PAN el mero gallo es el presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, quien dijo que esperará los tiempos para destaparse.

Tal vez la diputada federal del PRI Blanca Alcalá Ruiz pudiera ser evaluada, medida y calificada en caso de que el tricolor exija una oportunidad para alguno de sus aspirantes.

Algún otro posible aspirante, francamente, no tendría oportunidad alguna porque la sucesión empezó desde que el gobernador Barbosa inició su mandato.

En el caso de la primera dama del país, Beatriz Gutiérrez Müller, dudo mucho que decidirá buscar la candidatura de Morena para la gubernatura, me parece que estaría más interesada en la Rectoría de la BUAP —en un futuro inmediato—, si es que se quiere quedar en Puebla al terminar la gestión de su marido.

El resto de los aspirantes a la gubernatura del estado, por la chiquillada, no tiene nada que hacer en la carrera por el 2024.

 

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