Ni porque Atlixco es un desastre en materia de inseguridad, de turismo, de salud, de obra pública, de ingobernabilidad, de agresiones contra la mujer, de movilidad, y en materia administrativa, el edil panista saliente, Guillermo Velázquez Gutiérrez, cesa en su intento de reventar las arcas del municipio.

Parece empecinado en heredar una jurisdicción incendiada, en crisis económica y social, así como atiborrada de corrupción.

Contrario a lo que debería estar pasando en el Ayuntamiento del municipio de las flores, la recta final del gobierno panista es todo un desastre, por lo que se vislumbra un negro panorama para la administración entrante, encabezada por Ariadna Ayala Camarillo.

Algo muy parecido a lo que sucede en Puebla capital, donde ya en muchas ocasiones se ha escuchado a grito pelado “sálvese quien pueda”, por aquello del desastre financiero que se prevé dejarán.

Sin embargo, Atlixco es una verdadera cueva de ladrones en la que priva la corrupción, el engaño y el desastre gubernamental.

Y a pesar de todo ello, Memito autorizó un bono de fin de trienio para todos sus queridos funcionarios, regidores, amigos y compadres.

Hágame, usted, el recochino favor.

El peor de los cinismos ya tiene nombre, y se llama Guillermo Velázquez.

Algo debería estar haciendo la Auditoría Superior del Estado (ASE) y su titular, Francisco Romero Serrano, quien parece hipnotizado por su brother, Memito, a quien no toca ni con el pétalo de una rosa.

Dijera el clásico, “me huele a cochupo”.

El caso es que el bono de fin de trienio aprobado por Memito para sus cuates arroja una cifra millonaria que bien podría servir para que la nueva administración cierre el año y limpie el desastre que dejará Memito.

Porque no sólo es lo abusivo y ventajoso del bono, sino que en Atlixco las irregularidades administrativas, la ingobernabilidad y el año de Hidalgo están a la orden del día.

Allí está como ejemplo el cobro de piso en los espacios comerciales como los mercados populares de la región, particularmente en el de Santa Rita, donde ahora todo se cobra, hasta por respirar, rentas, estacionamiento, baños públicos, entre otros disque servicios.

Empero, el actual gobierno no ingres a las arcas todo lo que cobra y recauda, pues del 100 por ciento únicamente se ingresa apenas un 5% y el resto, el 95%, se queda en el camino y en las manos de alguien.

¿Y alguien dice algo al respecto?

Ni el propio edil panista, quien según el testimonio de los ciudadanos ha sido el peor edil que ha tenido Atlixco.

Porque la catástrofe administrativa no para allí, toda vez que los proveedores de la Comuna están que trinan contra Guillermo, quien se esconde de sus acreedores, a quienes les debe hasta las servilletas.

¿Pero qué tal ya se concedió un mega bono de consolación a sus funcionarios y regidores?

Vaya desvergüenza.

Una irregularidad más -del tamaño del propio Atlixco- está en el Sistema Operador de Agua Potable del municipio, pues a la fecha no se sabe cuál es si situación financiera, ni para bien, ni para mal.

Todo lo referente al organismo, a sus finanzas, a sus pasivos y activos, se desconoce por completo, nadie sabe nada.

¿De qué tamaño será el boquete, o el hoyo financiero que se va a heredar en esa área?

Y esto mismo sucede con el rastro municipal, donde no hay dinero, no hay calidad en el manejo de la carne que se comercializa, y donde lo que más se nota es la crisis en la que está hundida su administración.

Otro grave problema que pretende dejar Memito Velázquez es la asignación de plazas en el Ayuntamiento, pues al organigrama institucional se le hicieron muchos cambios desde el inicio de la administración.

Se suprimieron puestos de trabajo para crear otros en los que se colocó a la gente de confianza del edil, los cuales ahora pretenden adjudicarse al gobierno entrante de la presidenta municipal electa, Ariadna Ayala.

No cabe duda que el pillín de Memito salió muy abusadillo.

Particularmente, porque giró instrucciones para que todos los ingresos del Ayuntamiento fuesen reportados con él, esto con el fin de pasar la tijera por el famoso año de Hidalgo.

Ya veremos si logra salirse con la suya, o las nuevas autoridades le aplican la ley y hasta la cárcel va a dar.

Porque Memito sembró en Atlixco lo que hoy está cosechando: el desprecio y el rechazo social.

 

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