Ni en el ámbito nacional, ni mucho menos en el local, la emergencia sanitaria provocada por el Coronavirus ha logrado que en México y en Puebla, particularmente, se haya logrado un clima de paz.

Y digo PAZ en toda la extensión de la palabra.

Paz social, en lo económico y hasta en lo político.

Es una pena que no hayamos entendido que son tiempos de unidad, de solidaridad, de camaradería y de apoyo a los que menos tienen.

Da tristeza ver y observar que ni a los médicos, ni al personal de salud -en general- podemos respetar, sobre todo cuando son los héroes del momento, cuando sabemos que de ellos depende nuestra salud y hasta nuestra vida.

En la calle seguimos viviendo y circulando como si nada sucediera, incluso se organizan todo tipo de eventos, deportivos, sociales y gastronómicos.

¿Es real?

Los mexicanos, y en particular los poblanos, no podemos entender que son tiempos difíciles, que los demonios, como dijera el clásico, andan sueltos.

No por nada nos tratan como nos tratan en el extranjero.

Ahora más que nunca, y con mayor razón, dirán que somos unos rancheros.

No logro entender por qué ni el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha entendido que lo que requiere nuestro país es una verdadera tregua de paz y una real bandera blanca.

¿Por qué no predicar con el ejemplo y terminar de atacar a diestra y siniestra?

Sería bueno, de entrada, dejar de clasificar a la gente, a los neoliberales, a los chairos, a los fifís, a la prensa.

En Puebla, también, deberíamos hacer lo mismo y dejar de complicarnos más la existencia, mucho más ahora en tiempos de coronavirus.

Y no lo digo hasta hoy, ya lo hice poco antes de haber sufrido un accidente que me dejó quieto y en cama desde el inicio de año, desde el mes de enero hasta la fecha.

Por ello Posdata tuvo que dejar de publicarse.

Afortunadamente, y gracias a Dios, ya estoy de vuelta para refrendar mi opinión y punto de vista de los distintos temas locales y nacionales.

Eso sí, no he dejado de tratar de ayudar ni a los que menos tienen, ni a los animalitos de la calle, aunque sea con algo siempre podemos apoyarlos.

Lamento mucho que, en mi tierra, en mi estado, continúe la batalla personal entre los titulares del gobierno, entre quienes están encargados de dirigir los destinos de Puebla como entidad y como ciudad capital.

Me pregunto: ¿se están peleando en tiempos de Coronavirus?

¿Cuándo todos los poblano, sin excepción, necesitamos de ellos?

¿Cuándo lo que se requiere es el esfuerzo de todos para salir adelante?

¿Por qué caramba no hacer un alto en el camino y privilegiar el dialogo?

A nadie conviene que el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta esté enemistado y tenga diferencias con la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco.

Y menos si ambos pertenecen a Morena, partido que gobierna y manda en Puebla.

¿Cómo lograr, además, que el gobierno tienda lazos de amistad, de alianza, de cordialidad, tolerancia y respeto con la BUAP?

¿Tan grave es el rencor entre una parte y otra que no se puede lograr ni amistad, ni un sólo acuerdo?

Insisto en señalar y puntualizar que lo que se requiere en México, pero sobre todo en Puebla, es PAZ, en tiempos de Coronavirus.

El trabajo en equipo siempre es más efectivo.

El gobierno del estado no podría con todo; no puede actuar solo en contra de la inseguridad, de la corrupción, de los malos tiempos y mucho menos en contra del Coronavirus.

Digan lo que digan se requiere el trabajo de todos, sin excepción.

No sólo del gobierno, o del Ayuntamiento de Puebla, o en particular de la BUAP.

¿Qué necesidad de estar poniendo a Puebla en la palestra pública por guerras estériles que no conducen a nada?

Son tiempos de SOLIDARIDAD.

¿Por qué no sólo hablan y pactan una tregua durante los tiempos del coronavirus?

Después, si quieren, retomen su guerra, pero hasta entre enemigos históricamente ha habido alianzas.

Los poblanos valemos más que cualquier conflagración.

El secretario de gobernación, David Méndez Márquez, tiene un gran reto y una tremenda obligación: tratar de apagar el fuego generado entre el gobierno y sus supuestos enemigos.

Porque el futuro político está a la vuelta de la esquina, el tiempo vuela.

La pandemia es la antesala de las nuevas elecciones.

Señores políticos, por favor piensen en todos los mexicanos, y si se puede todavía más en los poblanos.

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