Para hacer honor al nombre de esta columna (Leyendas del deporte) hoy quiero contarles la historia de un verdadero hombre que triunfo y fue leyenda.

Un hombre cuya historia es digna de una película de Hollywood (que de hecho si la tiene), la historia del afroamericano que destrozo los ideales de superioridad nazi en  su propio suelo.

La historia del veloz y magnifico Jesse Owens…

Jesse Owens nació en Alabama durante el año de 1980.

Desde muy temprana edad Owens se dedico a trabajar como vendedor de periódicos, empleado de una gasolinera y recadista, todo esto cuando aún se encontraba realizando sus estudios primarios.

Desde joven Owens había demostrado tener una gran velocidad y grandes cualidades para destacar dentro del deporte sin embargo no era algo fácil de realizar, más si tenemos en cuenta la época de racismo por la cuál atravesaba Estados Unidos durante aquellos años.

El comienzo…

Charles Riley un profesor de gimnasia fue quien descubrió todo el talento que tenia el chico por lo cuál constantemente le invitaba el desayuno y la comida, además de enseñarle técnicas adecuadas para correr.

Algo que me parece increíble puesto que en aquellos tiempos el mundo no tenia el mejor momento exactamente, y encontrar alguna figura de apoyo fue algo que le brindo al joven una motivación.

Una vez más adentrado al atletismo, durante su época de secundaria Jesse fue “Fenomenal”  ya que obtuvo un total de 74 triunfos de 79 carreras en las que compitió.

¡¡74, era un autentico rayo!!

Tiempo más tarde, Jesse tomo la decisión de matricularse dentro de la universidad estatal de Ohio.

Aunque no tenia idea de que lo mejor estaba por venir, autenticas proezas que lo pondrían en el mapa deportivo.

El despegue..

La carrera de Owens comenzó a despegar cuando en Michigan durante el año 1935, logro batir un total de cinco récords mundiales y logrando igualar otro en menos de 90 minutos.

¿Pueden creerlo? sinceramente yo no, al momento de escribirles esto simplemente no me puedo imaginar las facciones de las personas que fueron testigos de esta hazaña.

¡¡Una completa locura!!

Tan solo escuchen esto, Owens completó las 100 yardas en 9,4 segundos; saltó 8,13 metros de longitud, récord que tardó veinticinco años en ser superado, y corrió las 220 yardas lisas en 20,3 segundos y las 220 yardas vallas en 22,6 segundos.

Hazaña que le hizo ser conocido en el territorio como el Antílope de Ébano.

Un años más tarde logro hacer pedazos el récord mundial en los 100 metros planos, haciéndolo en un total de 10.2 segundos.

Algo que sin duda dejo fascinados a propios y extraños, que veían al joven como un verdadero monstruo del atletismo.

Logrando así poner su nombre como uno de los participantes para los Juegos Olímpicos de nada más y nada menos de 1936

¡¡ Así es las Olimpiadas realizadas por los Nazis !!

Desempeño en los Juegos Olímpicos ..

Para aquellos juegos cabe mencionar que Alemania había preparado una autentica maquinaria en todos los sentidos, puesto que tenían toda la intención de demostrar su “poderío” y “Superioridad”.

En cuanto al caso de nuestra estrella Owens, llegaba a las olimpiadas con la mente enfocada a conseguir cuando menos 3 medallas.

(Obviamente ni el ni nadie se imaginaba lo que estaba por venir)

Y es que en una serie de participaciones brillantes, Jesse consiguió un total de 4 medallas y de ¡¡Oro!!.

Todo comenzó de esta manera:

Durante el 3 de Agosto correría la prueba de 100 metros, misma que todos daban por ganador al joven afroamericano, donde fue un autentico rayo, logro correr los 100 metros en 10.3 segundos haciendo un total de 46 zancadas. 

¿Qué les parece? incluso les traigo números exactos.

Para el siguiente día (4 de agosto), la prueba seria el salto de longitud, donde el muchacho dejo maravillados a todos, incluso puso un récord que tardo en ser superado.

Jesse logro saltar un total de 8.06 metros.

¡¡Este muchacho estaba en otro mundo para aquella época!!

Para cerrar, (5 de Agosto) Jesse compitió en la carrera de 200 metros, donde ya no era sorpresa su actuación.

¡¡Tenia a todos a sus pies!!

Incluso se afirma que desde la grada se escuchaba el grito “O-fens”, “O-fens”, “O-fens”.

Forma en la que los alemanes pronunciaban su apellido.

Un suceso que para los altos mandos alemanes ya era una burla y que obviamente no demostraba ninguna superioridad de parte de sus atletas.

Se dice que el mismo Joseph Goebbels expreso su frustración, al mencionar que no era posible que los Alemanes únicamente habían conseguido 1 medalla, mientras que los Estadounidenses tenían en su poder 3, de las cuales 2 hasta el momento las habian conseguido afroamericanos.

El regreso a casa y su final..

Una vez terminados los Juegos Olímpicos, el equipo de Estados Unidos inició una gira por Europa en la que Jesse Owens se negó a participar; quería volver a su hogar.

Esta actitud le valió ser suspendido de las filas amateurs e impidió que se le otorgara el Premio Sullivan como amateur más destacado de EE.UU. en 1936, que recayó en el decatlonista Glenn Morris.

Retirado de las pistas, hizo incursiones sin éxito en el mundo de los negocios, perdiendo su fortuna y cayendo en el anonimato, hasta que el gobierno de Estados Unidos lo designó embajador de buena voluntad.

Jesse Owens volvió a florecer entonces como orador público capaz de despertar las emociones de sus oyentes, hablando ante convenciones de negocios, grupos juveniles y organizaciones cívicas.

Falleció en 1980, víctima de un cáncer de pulmón. Sus hazañas son recordadas en la magnífica película que rodó Leni Riefenstahl sobre los Juegos de 1936.