Algo no cuadra a las autoridades en el supuesto asalto al líder del Sindicato Único de Empleados y Trabajadores del Honorable Ayuntamiento de Puebla, Instituciones Paramunicipales y Organismos Públicos Descentralizados “Benito Juárez García” (Suethapipopd), Gonzalo Juárez Méndez.

Algo apesta y está muy raro.

Hasta el momento no se tienen ni las grabaciones de las 10 cámaras de seguridad con que cuenta la mansión del líder de los trabajadores de la Comuna poblana, ni grandes pistas de que se haya tratado de un asalto o un atentado.

Mansión, por cierto, hay que subrayar, que es un búnker porque cuenta con seguridad día y noche, por parte de ex militares, y porque es prácticamente imposible poder ingresar sin permiso.

Y si a esto sumamos la mala fama de Gonzalo Juárez, las dudas de la veracidad del supuesto atraco se multiplican.

De sobra está decir, además, que a este líder charro son pocos los trabajadores municipales que le creen todo lo que dice.

Porque cada que las cosas en el gremio se aprietan y se ponen difíciles casualmente algo sucede, por lo que el cuento del “caperucita y el lobo” ya es muy difícil de aceptarlo.

Desde luego la inseguridad y la violencia son una realidad hoy en día; sin embargo, el presunto atraco a la casa del líder sindical ha dejado muchas más dudas que certezas.

Las malas lenguas aseguran incluso que el atraco denunciado no se trata más que de un montaje mal organizado para que los ojos de las autoridades se centren en Gonzalo Juárez, quien nuevamente se mantiene en el ojo del huracán.

Y es que, con el fin de evadir el pago de una demanda laboral millonaria, el líder sindical habría pretendido desviar la atención anunciando que lo asaltaron, que lo golpearon y que se llevaron sus ahorros de su casa.

Dinero, ¿por qué no?, que incluso podría ser parte de las cuotas de los trabajadores del Ayuntamiento de Puebla.

¿Y si no, entonces que le habrán robado al líder de los trabajadores municipales?

Por cierto que Juárez Méndez gana como salario 24 mil pesos mensuales, por lo que todo mundo se pregunta cómo es que logró construir un verdadero Partenón en la colonia 20 de Marzo, de la junta auxiliar de Santo Tomás Chiautla.

La humilde vivienda cuenta con bardas de 4 metros de altura, además de malla ciclónica y cámaras de video, las cuales están conectadas a la Secretaría de Seguridad Pública, así como puertas automáticas.

Gonzalo Juárez, además, cuenta con otras propiedades, tales como la ubicada en Zaragoza, de tres pisos y con terraza, así como un rancho, caballos, inversiones en negocios como Tarlett’s, y viajes al extranjero y al interior del país.

¿Verdad que hay más dudas que certezas en relación a la gestión y a los ingresos de Gonzalo Juárez como líder sindical del ayuntamiento capitalino?

Eso sí, el calvario de Gonzalo Juárez continuará debido a que de un momento a otro será notificado, por la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, que tiene únicamente 48 horas para presentar alegatos ante la demanda de más de un millón de pesos que perdió ante uno de sus ex asesores.

El pleito legal lo perdió, hay que subrayar, debido a que nunca dejó a su apoderada legal acudir a las audiencias para enfrentar al demandante.

Ahora con la notificación podrá alegar lo que no pudo argumentar cuando debió presentarse a las audiencias, sobre las que estuvo plenamente notificado pero nada más no se le antojó asistir.

Lo que el líder charro no sabe es que estos hechos, junto con los supuestos atracos que ha sufrido, ya nadie se los cree.

Tal vez por ello, muchos trabajadores ya están buscando a quien le ganó la demanda a Gonzalo Juárez para abordar tres asuntos: el primero, para aprovechar la coyuntura y formar un nuevo gremio; el segundo, para acudir ante las instancias federales y aprovechar las ventajas que la implementación de la reforma laboral da a los trabajadores; y el tercero, para obligar a su dirigente a transparentar los recursos de las cuotas sindicales.

Y eso sin mencionar los recursos que el sindicato recibe por parte del ayuntamiento por concepto de eventos deportivos, cívicos y culturales, de los que no ha realizado ninguno.

Los trabajadores municipales ya están hartos de aportar dinero sin rendición de cuentas alguna, y de que Gonzalo Juárez se haga pato con los recursos los cuales, aseguran, son utilizados para sus fines personales.

Porque el supuesto líder de izquierda ahora se ha convertido en un personaje clasista y elitista que viste ropa de marca, que disfruta de los mejores lugares y que hasta un caballo se compró, disque para mostrar su nuevo estrato social.

 

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