La nueva dirigencia de Morena en Puebla, encabezada por su presidenta, Olga Lucía Romero Garci-Crespo, organizó ayer su primera conferencia de prensa con medios de comunicación y vaya que generó polémica.

Tanto ruido hizo uno de los temas abordados que por la tarde la misma dirigente tuvo que salir al paso para aclararlo.

El asunto: la posible alianza en Puebla denominada PRI-MOR.

Y es que algunos medios de comunicación dieron por hecho que la dirigente de Morena había dejado la puerta abierta a una posible alianza con el PRI, cosa que a la postre negó en redes sociales.

Palabras más, palabras menos, Olga Romero sostuvo, a pregunta expresa: “No digo un sí a una posible alianza, digo sí a quienes tengan las buenas intenciones que nosotros tenemos”.

¿Y no tendrán algunos priistas poblanos, entenados del mentado Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, líder nacional del PRI, buenas intenciones como para sumarse a la 4T?

A mí me parece que más de uno quiere correr a los brazos del barbosismo.

Pues si ya “Alito” sacó las uñas para salvarse y ponerse de rodillas ante Morena y el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) con tal de librar la cárcel, ¿qué se puede esperar de los chaqueteros priistas poblanos?

Porque estos ni son oposición, ni son nada en Puebla.

Bueno, sí son algo: “unos pinches paleros”.

Tampoco habría por qué escandalizarse si en el estado se diera la famosa alianza PRI-MOR, porque en tiempos de la 4T todo puede suceder.

Más bien, a los nuevos lideres de Morena en la entidad debieron haberles jalado las orejas porque en el estado la corriente que predomina, y que controla la política interna, es el barbosismo.

Y el barbosismo, en este momento, no necesita de alianza alguna para poder competir en 2024 con posibilidades de ganar y de retener la gubernatura del estado.

Es muy simple, el barbosismo es dueño del partido Morena, a través de Olga Romero, y del Consejo Estatal, vía Andrés Villegas Mendoza.

Tiene en su poder la gubernatura del estado, la mayoría en el Congreso local y el mando en el Poder Judicial, por lo que no necesita, insisto, de una alianza con el PRI, un partido a todas luces desgastado, defenestrado y en ruinas.

¿A quién podría interesarle en Morena aliarse con el PRI?

Más bien el priismo poblano sería el interesado en poder sumarse a una alianza con el partido de la 4T, por muchas razones.

La principal: porque no vale nada y porque le urge que alguien lo salve de su extinción.

La nueva dirigencia de Morena recibió su novatada, y seguramente se van a tener que cuidar más antes de hablar.

Por cierto, en la conferencia de prensa se abordaron distintos temas, desde la integración de la dirigencia, pasando por los procesos internos locales y nacionales para definir consejeros, así como sobre los planes y proyectos de cara al proceso electoral del 2024.

Otros asuntos de los que se habló con los medios de comunicación fueron el tema de la unidad, de los distintos líderes y corrientes en Morena –los buenos y los malos–, de sus adversarios, tales como el presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, además de las posibles adhesiones, en las que los reporteros mencionaron al PRI.

Empero, insisto, a nadie asusta el PRI-MOR cuando en el país seguimos viendo renuncias de priistas, de panistas y de todos partidos que se están sumando a Morena.

Lo que más bien sorprendería es que nadie quisiera adherirse a la oleada obradorista, particularmente con miras al 2024.

En la conferencia de prensa de Morena, por cierto, también se habló de la salida de Karina Pérez Popoca del Comité Ejecutivo Estatal.

Y aunque no se abundó al respecto, la propia Olga Romero aceptó que la exedil de San Andrés ya tenía proyectos personales que había emprendido antes de sumarse a la dirigencia, por lo que en breve se informará si permanece o no.

Aunque las malas lenguas aseguran que a Doña Karina la dio de baja de la nueva dirigencia de Morena el propio gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta.

 

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