Parece que ahora solo un manotazo que resuene y se escuche salir directamente de Palacio Nacional podría detener la crisis que Morena vive en el estado de Puebla.

Una crisis que partiría a Morena en dos, en tres o en cuatro.

Una crisis que podría agudizarse y derivar en una derrota electoral en 2024.

Una crisis que incluso podría emular el futuro del PRD poblano, convertido ahora en un partido desfondado, que vive del interés y caridad política de los demás.

Una crisis que parece no tener fin.

Que mantiene inestable, con posibilidad de reventar, al partido de la 4T.

Una crisis que si no se atiende podría terminar en un desastre.

Una crisis que incluso podría rebasar al mismísimo presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Seamos claros: el conflicto entre el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta y el coordinador parlamentario de Morena, Ignacio Mier Velazco, cada día que pasa sube de nivel y escala a una altura muy riesgosa.

Porque esta guerra obliga a que al aparato en Puebla camine buscando un solo objetivo: el derrocamiento de Nacho Mier.

¿Hasta cuándo decidirá intervenir AMLO?

¿O dejará que los grupos en conflicto se destrocen y, como ya lo dije antes, pongan en riesgo Puebla para Morena en 2024?

¿O querrán hacer efectivo aquello de “habemus candidato”?

Porque Mario Delgado Carrillo, líder nacional de Morena, tomó partido y claramente está con Nacho.

Parecía que después de la designación de los consejeros locales, de la nueva dirigencia de Morena en Puebla, y del control que asumió el gobernador Barbosa de la estructura de su partido por fin todo cambiaría.

Parecía que por fin habría acuerdos.

Que por fin habría un partido alineado con el gobierno y con su jefe máximo.

Pero no fue así.

En Morena insisten en meterse el pie, en aniquilarse y en debilitarse.

Personalmente, sigo sosteniendo que el posible perdedor con más riesgo es el propio Nacho Mier.

Porque tiene todo en contra, principalmente al gobernador Miguel Barbosa.

Los nachistas parecen acorralados en el estado.

Sus operadores, voceros, socios, colegas, brazos financieros y demás personeros ya empezaron a sentir la fuerza y presión del aparato.

Es por ello que los están llamando a declarar.

Es más, dicen que además del socio de Nacho Mier, el exdirector de Diario Cambio, Arturo Rueda, van a caer más cabezas de este bando.

Y se habla de pesos pesados.

Por algo ya están en la mira del barbosismo.

Así que váyanse preparando.

Porque el aparato camina, y camina bien.

Por lo pronto, ayer la dirigente estatal de Morena, la diputada local con licencia Olga Lucía Romero Garci-Crespo, le mandó un mensaje a Mario Delgado pues dijo que en su partido no permitirán viejas prácticas del antiguo régimen, las cuales van en contra de los principios que rigen la cuarta transformación.

Y lo mismo hicieron “las corcholatas” del gobernador Barbosa, quienes en coro salieron públicamente a exigir piso parejo en la definición de la candidatura de Morena a la gubernatura para 2024.

En distintos espacios se pronunciaron el líder del Congreso del estado, Sergio Salomón Céspedes Peregrina; el titular de la SEP, Melitón Lozano Pérez, y la titular de Economía, Olivia Salomón Vibaldo.

Y aunque los pronunciamientos se dieron tres días después del evento de la discordia, todos coincidieron en algo: “en Puebla no se permitirá la imposición de Ignacio Mier como candidato al 2024”.

Y eso que la reyerta apenas está comenzando.

Vayan por sus palomitas, porque aún falta mucho por ver.

 

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