Los priistas andan muy envalentonados y orgullosos de haber ganado dos pírricas elecciones y presidencias municipales que, según ellos, les permiten competir, con posibilidades de triunfo, por la gubernatura del estado en 2024.
En sus sueños de opio niegan ser el fiel de la balanza de los comicios en los que se renovará la máxima magistratura del estado, porque, según ellos, serán los ganadores.
Y lo más grotesco, ya amenazaron públicamente al PAN y al PRD porque sin ellos, juran y perjuran, no van a ganar ninguna elección en el estado.
Ah, caray, ¿es en serio?
¿Pues de cuál fumaron?
¿Habrán olvidado los tricolores que lo que obtuvieron fueron los ayuntamientos de Tlahuapan, vía Rosiceli Díaz Hernández; y el de Teotlalco, con Javier Sánchez Espinoza?
Si no ganaron la presidencia municipal de Puebla, o la de Tehuacán, o la de cualquier otro municipio importante de la zona conurbada.
Vaya broma de los priistas y de sus mandones.
A ver, ¿qué tienen los priistas?
¿Tienen las dos Cholulas en su poder -San Pedro y San Andrés-?
¿Gobiernan o administran Atlixco?
O ya de perdida, y aunque es uno de los municipios más inseguros del estado, tal vez el peor, ¿gobiernan Huejotzingo?
No, ¿verdad?
Entonces, ¿qué carajo celebran si siguen en desgracia?
Mas bien lo que los priistas intentan hacer es manipular, intervenir o tratar de influir en la percepción de la gente a través de una simple y sencilla campaña mediática que poco les reditúa.
Tal vez piensen que el hecho de cacarear que ganaron la elección extraordinaria en Puebla les puede dejar algo, al menos el guiño de la gente.
Sin embargo, poco o nada es lo que el PRI poblano gana con dos municipios más en su lista de regiones gobernadas en Puebla.
Es por ello que me vuelvo a preguntar ¿qué carajo celebran si siguen siendo una humillante y muy manipulable oposición en desgracia en el estado?
¿O a poco ya se les olvidó que su papel en el Congreso, y como oposición en general, es de las más ridículas y vergonzantes?
Ahora resulta que el dirigente estatal del PRI, el diputado Néstor Camarillo Medina se aventó la puntada recientemente de decir que por los triunfos de Tlahuapan y Teotlalco su partido podría ganar hasta a presidencia de la república.
Esto sí ya fue caricaturesco y de risa loca.
Afortunadamente para el PRI, Morena no pudo registrar candidato en ninguno de los municipios, por lo que sus operadores no se movilizaron como debían ni tuvieron la oportunidad de pactar con la oposición para participar.
Al dirigente del PRI se les olvida que en Puebla su partido está dividido y fragmentado, y que gran parte de su estructura está en Morena, en el PAN y en el resto de los partidos de oposición.
Y se fue precisamente por su nombramiento como dirigente, ya que en el tricolor se sigue privilegiando el compadrazgo, el dedazo, el amiguismo y el clásico favoritismo por la familia y los parientes.
Corrientes como el marinismo, el dogerismo, el zavalismo, el melquiadismo, el bartlismo, las cuales sí tenían un partido fuerte, sólido y con arrastre están inconformes con la posición y las decisiones de Camarillo Medina.
¿A poco ya se le olvido al diputado-dirigente su imposición?
¿O dónde están los cientos, miles y millones de priistas que harán ganar a su partido en Puebla?
Me pregunto, ¿cuántas Juntas Auxiliares ganó el PRI en los dos últimos pasados comicios ciudadanos?
¿Ninguna?
¿Eso también lo habrá olvidado Nestitor?
Es más, ahí le va un ejemplo muy reciente de lo que es su partido en la actualidad: la elección de Quirino Ordaz Coppel como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de México en el Reino de España, en el pleno del Senado de la República.
Por si se hace el loco, le recuerdo que la bancada tricolor se dividió y votó como quiso y como pudo para que su militante fuese enviado por el gobierno de Morena y de Andrés Manuel López Obrador como representante de México al extranjero.
Así, igualito que Quirino, los priistas le juegan al vivo aquí en el estado.
¿Que el PRI va a ganar la gubernatura en 2024?
¿A quién querrán engañar?
¡Vaya locura!
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