Una de las principales preocupaciones de la NASA es cómo enfrentar la radiación cósmica, y la solución podría estar en un hongo que nació en el interior del reactor nuclear de Chernobyl.

Un grupo de investigadores de las universidades de Carolina del Norte y Stanford han estado investigando al Cladosporium sphaerospermum, un hongo que tiene la característica de poder sobrevivir en zonas con altos niveles de radiación y podría ser importante para el futuro de la exploración espacial.

El hongo negro de 21 centímetros de grosor se descubrió por primera vez en Ucrania cinco años después de la explosión de Chernobyl, dejando a los científicos desconcertados sobre cómo había logrado sobrevivir en la radiación.

De hecho, los hongos no solo habían sobrevivido a las condiciones extremas, sino que incluso habían crecido hacia la radiación, como si se sintieran atraídos por ella.

En una investigación publicada en bioRxiv y pendiente de revisión, se detalla cómo una serie de experimentos en la Estación Espacial Internacional con este hongo ha permitido probar su efectividad contra la radiación.

En las pruebas de laboratorio que se llevaron a cabo en el espacio, las placas de petri con el hongo lograron sobrevivir al entorno de microgravedad y redujeron el nivel de radiación en un 2%.