Si hubo molestia por el tibio destape del presidente Eduardo Rivera Pérez como aspirante a la gubernatura del estado, por parte del líder nacional del PAN, Marko Cortés Mendoza, ayer el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta le puso el cascabel al gato.

Y es que sus declaraciones y acusaciones contra el edil le pusieron sabor al asunto y le dieron el punch que requería Acción Nacional para su posible candidato.

El PAN y el edil lograron hacer más ruido ayer lunes con las declaraciones del mandatario sobre su acto, que el día en que el “suavecito” de su dirigente nacional vino a Puebla.

Las aseveraciones del mandatario poblano incluso hicieron reaccionar –aunque un día después– a Morena y su líder en Puebla, la ex diputada local Olga Alicia Romero Garci-Crespo, quien anunció que interpondrán senda denuncia contra el edil poblano por actos anticipados de campaña.

El destape de Lalo, evidentemente, no gustó en Morena, y menos en el barbosismo, grupo político que controla el estado y el partido de la 4T.

La pregunta es: ¿por qué dolió tanto?

Y me parece que la respuesta es muy sencilla, porque Eduardo Rivera parece perfilarse como el candidato natural de la oposición y de la posible alianza PAN-PRI-PRD al Gobierno del estado.

Eso, como quiera, molesta a quien mueve los hilos del estado, porque, además, había mantenido, hasta el fin de semana pasado, a raya al edil.

Lalo en el PAN podría tener únicamente el contrapeso de la diputada federal panista Genoveva Huerta Villegas, quien no ha parado sus recorridos por el interior del estado desde que dejó la dirigencia albiazul.

Así que la candidatura al Gobierno del estado por el PAN solo tendría que definirse entre dos liderazgos y la cosa, a pesar de los pleitos pasados, no parece tan difícil.

Sin embargo, en Morena las broncas internas parece que no terminarán pronto, pues mientras exista un enfrentamiento entre el gobernador Barbosa y muchos otros líderes de la 4T, como el coordinador de los diputados federales, Ignacio Mier Velazco, el panorama pinta feo.

Esta situación, tal vez, le daría un poco de ventaja al abanderado o abanderada del PAN y su mega alianza.

En pocas palabras, el PAN parece no tener problemas en definir quién será su gallo, y en Morena quién sabe qué vaya a pasar porque es un desgarriate la lucha interna.

De entrada, porque el gobernador abrió el abanico, permitió y recomendó a que aquellos que deseen sucederlo –de su gabinete– se pronunciaran y empezaran a moverse, cosa que le enojó de Lalo Rivera.

Porque aunque el líder del Congreso del estado, el pluripartidista, esta vez de Morena, diputado Sergio Salomón Céspedes Peregrina, lo niegue, las “corcholatas” del gobernador Barbosa están haciendo el mismo proselitismo del que acusó al edil poblano.

La única diferencia es que uno es del PAN, y ya no es su amigo, y los otros son de Morena, pero son sus pupilos.

Según Sergio Salomón, por ejemplo, él hace giras de trabajo y no proselitismo, porque dice que no es lo mismo.

Considera que la gira es solo para enriquecer el trabajo legislativo y el proselitismo es para promoverse como aspirante.

Vaya absurda explicación.

En lo personal, me parece que la única diferencia entre esto que le cuesta trabajo explicar al líder del Congreso es que ellos, los de Morena, sí tienen permiso para hacer giras en el estado con miras al 2024 y Eduardo Rivera, no.

Es así de sencillo, no hay que buscarle tres pies al gato.

Eso sí, el veto del gobernador a Eduardo Rivera, con quien aseguró ya no aparecerá en eventos públicos es, sin duda, un mal presagio para Puebla.

Porque podría volver el pleito entre municipio y estado.

Y porque esto podría derivar en un conflicto más grande, del que no obtuvieron nada bueno en su momento, ni el gobernador Barbosa ni Eduardo.

Otra cosa que sucedió con las declaraciones del gobernador poblano es el despertar del PAN como oposición.

Eso sí, no de todos los lideres panistas, quienes defendieron a Eduardo Rivera y a la dirigente estatal panista, Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández, por una declaración del mandatario.

Hasta en eso los tuvieron que ayudar, pero parece que los panistas lo lograron, pues estaban dormidos y los despertaron.

 

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