Por más que el PAN poblano quiso hacer ruido y escándalo mediático por su cónclave realizado en el salón Tres Marías de Zavaleta, la verdad es que las repercusiones del 4° informe de Ignacio Mier Velazco, el odiado diputado federal de Morena en Puebla, generó más grilla y morbo político.

Y las razones son varias, la primera, me parece, que Marko Cortés Mendoza, el líder nacional de Acción Nacional, sigue siendo un político timorato, tibio y hasta miedoso.

No se atrevió a destapar directamente al presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, o a levantarle la mano, como el mejor gallo y perfil del PAN a la gubernatura del estado, de cara al proceso electoral del 2024.

El líder panista ni siquiera se lanzó directo contra Morena y el Gobierno del estado, mucho menos contra el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, a quien tuvo cuidado de evitar y nombrar en sus declaraciones y discurso.

Esto evidencia que el PAN sigue siendo una oposición –local y nacional– apática y floja que rehúye a la confrontación directa.

Marko Cortés actuó de la misma forma que lo hace la actual dirigencia estatal del albiazul en la entidad, encabezada por Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández, quien sale al paso como oposición solo cuando parece que se lo indican, y eso, muy suavecita.

Otra razón por la que no prendió el evento panista es que nadie lanzó retos, advertencias o alguna amenaza al gobierno local, o a Morena, a su militancia y/o dirigencia, la cual arrancó una gira por el interior del estado para fomentar la unidad.

El evento de Nacho Mier, además, reunió a más gente en el Cholula Center, donde sí se hicieron advertencias directas al inquilino de Casa Aguayo, que el panista del Tres Marías, a donde apenas llegaron alrededor de mil personas.

La facción de Morena que encabeza el coordinador de los diputados federales parece más oposición que el propio PAN, tal vez por eso generó más ruido, grilla y hasta consecuencias.

El cónclave panista fue un acontecimiento de terciopelo, que tuvo como objetivo dar un simple banderazo de salida para que sus aspirantes a la candidatura al gobierno empiecen a mover sus estructuras.

Y así como van las cosas, no se ve ni cómo ni cuándo el PAN podría convertirse en un verdadero partido de oposición en la entidad.

Un motivo más por el que me parece que el evento panista de la unidad no brilló, es porque parece que desde la dirigencia nacional hasta la estatal existe un acuerdo para no arremeter contra nadie del Gobierno del estado.

Porque ni en el Congreso, ni en el Ayuntamiento de Puebla, y ahora ni en la dirigencia que encabeza Marko Cortés, hay críticas de ningún tipo. El PAN en el estado no actúa como oposición.

Esto, desde luego, habla bien del gobernador Barbosa, quien sigue operando y controlando el estado políticamente, sin error, pero mal del PAN y de todos sus mentados liderazgos, quienes parecen asustados ante el poderoso grupo que tiene el mando en el estado.

Lo que apenas trascendió y resaltó un poco en el evento panista, fue el banderazo que dio Cortés Mendoza para que Lalo Rivera y la diputada federal Genoveva Huerta Villegas, amiga personal de Marko y también aspirante al gobierno, recorran el estado ya perfilados a los comicios del 2024.

El líder nacional del PAN únicamente se enfocó en Lalo Rivera y en Genoveva como aspirantes, pues ni a Javier Lozano Alarcón, ni a Francisco Fraile García, u otros aspirantes menores, se refirió con interés.

Al cónclave panista asistieron diputados federales, locales, ediles y militantes de distintos puntos del estado, aunque fue Lalo Rivera el más ovacionado, pues incluso se escuchó durante todo el evento aquello de “¡Lalo gobernador!, ¡Lalo gobernador!, ¡Lalo gobernador!”.

El gran ausente

El gran ausente en el evento panista fue el exdirigente y diputado local Rafael Micalco Méndez, tal vez el más crítico del partido y quien ha sido el único que se ha mostrado como oposición en el estado.

A Micalco sí le llegó la invitación para asistir al cónclave panista, pero tuvo que trasladarse de última hora a San Luis Potosí a apoyar a su familia luego del fallecimiento de su cuñado.

Y es que el sábado pasado le informaron que había muerto Teodoro Corona Pérez, esposo de su hermana la Dra. Miriam Moramay Micalco Méndez, por lo que el funeral se llevaría a cabo en Tierra Nueva, San Luis Potosí, a donde tuvo que viajar.

Posteriormente, ya el domingo, Micalco asistió a la misa de cuerpo presente de su cuñado, la cual se realizó en la iglesia de San Nicolás Tolentino, de donde partieron al sepelio.

 

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