En Nopalucan de la Granja no paran los escándalos, el abuso, el nepotismo y, ahora, hasta las amenazas a los pobladores por parte de sus autoridades, encabezadas por el presidente municipal Porfirio Peralta Benítez y toda su parentela.

Porque en aquella región poblana, gracias a los trinquetes y a la impunidad “del clan”, ya el resto de la familia del edil se siente con el derecho de mandar, amedrentar y advertir que nadie lo toque o le haga reclamos.

Y que nadie, mucho menos, externe opinión alguna de su gobierno en redes sociales, particularmente en Facebook, donde la reputación de Don Porfis está por los suelos.

Ayer dimos cuenta en Posdata de que el edil es, tal vez, la peor autoridad en gobernar su municipio porque no respeta ni a sus trabajadores, a quienes les debe la quincena desde hace 10 días.

Cosa que se ha vuelto recurrente, porque el edil de Nopalucan ha sido evidenciado por su falta de compromiso y responsabilidad con los trabajadores de su ayuntamiento una y otra vez.

El caso es que Nopalucan ya es un pueblo sin ley en el que la única voz que manda y se escucha debe ser la de Porfirio Peralta y su familia, particularmente la de su esposa Raquel Cassal Tzompantzi, quien es una mujer empoderada que se siente con derecho a mandar, a hacer y deshacer.

Tan solo el martes pasado, por ejemplo, el único día en que el edil se presenta a trabajar, por aquello de que intentó copiar el “Martes Ciudadano” del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, acudieron decenas de habitantes de Santa María Ixtiyucan a una audiencia.

Porque si alguien desea hablar con Porfirio Peralta tiene que hacer cita y solicitar audiencia, ya que, como dice su personal de confianza, “siempre está ocupado”.

El caso es que los habitantes de Santa María Ixtiyucan por fin lo encontraron y de inmediato se abalanzaron a reclamarle por qué no entrega la partida mensual que le corresponde a su comunidad.

Sin embargo, de inmediato, salió al paso la esposa del edil, Raquel Cassal, quien muy envalentonada, con actitud retadora y prepotente, retó a los golpes a quien se le puso enfrente reclamando, desde luego, lo que por ley le corresponde.

A la primera dama de Nopalucan le brotaron de la boca los insultos y repartió a diestra y siniestra, incluso hasta les reprochó a los inconformes que “no tienen huevos” para decir las cosas de frente y para remover del cargo a su marido, cuando allí estaban encarándolos a ambos.

El video del bochornoso y candente momento no tiene pierde, evidencia de pies a cabeza a Don Porfis Peralta y a su primera dama.

En respuesta a los hechos, y a quien reveló el video, trascendió que el edil envió un mensaje a los pobladores de Santa María Ixtiyucan, a quienes les advirtió que si le vuelven a hacer un escándalo en sus audiencias va a ordenarle a la policía que les disparen.

¿Qué tal el Varguitas de Nopalucan?

Y lo peor es que en Nopalucan se sabe que el edil es de armas tomar y bien podría cumplir su advertencia, ya que presuntamente mantiene relación con grupos violentos que operan en el municipio y sus alrededores.

De hecho, se dice que esta es la razón por la cual el municipio solicitó al estado el retiro de la Guardia Nacional y de la Policía Estatal, corporaciones a las que ya no se les ve con frecuencia en la zona.

Por ello, los repartidores de productos de marcas comerciales han dejado de surtir en Nopalucan, por temor a los asaltos, los cuales cada día son más recurrentes, junto con el cobro de piso.

Ojalá que el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta haga algo para meter orden en Nopalucan de la Granja y por fin pueda haber justicia, paz y tranquilidad para sus habitantes, quienes están cansados de tanta impunidad.

Eso sí, en el pueblo ya se organizan diversos grupos, particularmente por parte de los habitantes de Santa María Ixtiyucan, para acudir a uno de los “Martes Ciudadanos” del mandatario estatal y poder externar los abusos y atropellos que se viven en su comunidad por el clan de Nopalucan.

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