Como ya es costumbre –quincena a quincena–, desde que inició su administración en octubre de 2021, el presidente municipal de Nopalucan de la Granja, Porfirio Peralta Benítez, no ha pagado la nómina de los 200 trabajadores del municipio.

Y, lo peor, por sus pistolas se sigue negando, también de quincena en quincena, a explicar qué hace con los más de 600 mil pesos destinados al pago de salarios.

Eso sí, en Nopalucan la quincena solo la cobran puntualmente, faltaba más, los familiares del edil, los regidores, los funcionarios municipales de primer nivel, el secretario general, la tesorera y el resto de su parentela que está incrustada en la nómina.

Los trabajadores, según la política de Don Porfirio, “siempre pueden esperar”, por lo que es la fecha que no han cobrado la quincena del 15 de agosto pasado.

“Qué bonita familia”, la de Nopalucan de la Granja, dijera Pompín.

Y es que en aquella región poblana, las decisiones de gobierno se toman en familia, por aquello de no dejar solo a Don Porfis.

Resulta, de entrada, que la familia peluche, digo, el edil Porfirio Peralta y su esposa, Raquel Cassal Tzompantzi, se pusieron de acuerdo con la tesorera, Sandra Cassal Tzompantzi, quien es cuñada del primero y hermana de la segunda, para poder retrasar la quincena dos días a fin de tener un colchón “y poder moverla”.

Sin embargo, al notar que la jineteada es lo suyo, consultaron con el secretario general del Ayuntamiento de Nopalucan de la Granja, además primo del edil, Ángel Romero Benítez, si es que consideraba que no había problema en retrasar el salario de los empleados unos “dillitas” más.

Por lo que su pariente, muy presto y muy alegre, concedió su aval y permitió que se retrasara el pago de la quincena hasta cinco días.

Ante la indicación, la secretaria que informa a los trabajadores sobre la hora y día de su salario, hija de la tesorera, anunció la disposición e incluso se la compartió al titular de Comunicación Social, hijo de Porfirio Peralta, a fin de que estuviera atento para que los trabajadores no denunciaran en Facebook.

Y así quincena a quincena.

Lamentablemente, en Nopalucan ya no es novedad el nepotismo, pues lo implementó el exedil del PRI Rogelio Roque Torres, quien se benefició como pudo los cuatro años y ocho meses que duró su administración.

También lo hizo el anterior presidente municipal, José Margarito Aguilar de la Cruz, quien fue todo un desastre.

Así que Porfirio Peralta repitió la historia, pero él de plano se voló la barda porque le dio chamba en su gobierno a toda su familia, a los hijos, primos, amigos, vecinos y compadres.

Una de sus hijas, por cierto, trabaja en el Centro de Salud con Servicios Ampliados (Cessa) de Nopalucan, ese que inauguró en su momento el morenovallismo.

El abuso en Nopalucan de la Granja es tal que se dice que a cada funcionario actual se le permitió ingresar a la nómina a por lo menos tres familiares. Y lo mismo, dice, sucedió con los regidores.

Las denuncias públicas de los trabajadores señalan que al menos el 70% de la nómina de aquel gobierno es distribuida entre al menos 15 familias.

¿Lo sabrá el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta?

Porque déjenme decirles que en el Congreso del estado sí están enterados de las aventurillas de Porfirio Peralta.

El mismísimo presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso, el diputado de Morena Sergio Salomón Céspedes Peregrina, hasta es amigo personal del edil de Nopalucan y no ha hecho nada para recomendarle que le baje a sus abusos y excesos.

El diputado y aspirante a la gubernatura en 2024 aplica aquello de “a los amigos la ley y gracia, y a los enemigos, la ley a secas”.

¡Que bárbaro!

Chulos, sus amigos, ¿o Porfis será parte de sus próximos patrocinadores de cara al 2024?

Porque “así, pus sí”, como dijera Quico.

¿No que la Auditoría Superior del Estado (ASE) ya había cambiado?

Que alguien le avise a su titular que despierte porque en Nopalucan hay un posible pájaro de cuenta.

Desgraciadamente, los trabajadores de Nopalucan se enfrentan a un problema muy delicado por el retraso de los pagos de sus quincenas: la compra de útiles escolares y todo lo que implica el regreso a clases.

Empero, como el cinismo no le importa a este tipo de flamantes ediles, el magnánimo Porfirio Peralta ya autorizó un préstamo a los trabajadores recolectores de basura de 500 pesotes, de los 3 mil que cobran al mes, para que dizque compren sus útiles.

¡Ternurita!, ¿qué tal la sensibilidad de este “buen hombre”?

Pero como dijera Raúl Velasco, “aún hay más”, resulta que además de la falta del pago de la quincena, Porfis también acostumbra retrasar la entrega de recursos a dos juntas auxiliares: El Rincón Citlaltepétl y Santa María Ixtiyucan, donde, en suma, debería otorgar alrededor de 300 mil pesos.

¿Pues qué hace el edil con tanto dinero?

En su pueblo dicen que lo jinetea, que lo invierte en sus propios negocios y que se va directo a la construcción, obviamente de su patrimonio.

¿Qué dirán al respecto en su partido, Morena?

Vamos, ¿qué opinará la nueva dirigente del partido de la 4T en Puebla, la diputada con licencia Olga Lucía Romero Garci-Crespo, del morenista edil de Nopalucan?

¿A poco se va a hacer de la vista gorda?

Porque las consecuencias de que Porfirio Peralta no cumpla con sus compromisos como autoridad, y hasta sus promesas de campaña, se empezarán a hacer públicas debido a que ya no pueden tolerarse.

Sobre “el clan de Nopalucan” hay aún mucha, mucha tela de dónde cortar, ya lo verán.

Voy y vengo.

 

[email protected]
Twitter: @poncharelazo
Facebook: Alfonso González