Mientras la atención de nuestros políticos y gobernantes en Puebla se centra en los pleitos personales y partidistas, la inseguridad en el estado y la ciudad crece.

El pleito entre el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta y el diputado federal, quien coordina al grupo parlamentario de Morena en la Cámara baja del Congreso de la Unión, Ignacio Mier Velazco, no nos conviene.

Y no nos conviene porque ayer, por ejemplo, acaparó las portadas de todos los informativos.

Tanto en prensa escrita, en medios digitales, como en radio y televisión, la noticia sobre la colocación y el retiro de la propaganda del legislador con motivo de su cuarto informe de labores se llevó las primeras planas.

En Casa Aguayo retumbó el tema y le echaron la bolita al presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, quien muy presto anunció que la propaganda ya estaba siendo retirada por violar el Código Reglamentario Municipal (Coremun).

Le entró al pleito por la presunta propaganda electoral de Nacho Mier y advirtió, incluso, que cualquier anuncio de este tipo, de cualquier partido político, será retirado sin miramientos.

Un tema más que roba espacio en las primeras planas de los medios poblanos, sobre todo los favoritos, es el nuevo pleito contra el presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE), Héctor Sánchez Sánchez.

A Héctor Sánchez primero lo cachondearon y sedujeron políticamente, lo barajaron y perfilaron como posible aspirante al gobierno, incluso hasta lo alabaron, pero ahora ya lo quieren quemar en leña verde.

Primero lo acusaron de haberse reunido directamente con el hijo menor del exgobernador José Antonio Gali Fayad, cosa que no se confirmó porque su interlocutor era otra persona muy parecida al Jr.

Sin embargo, ahora lo culpan de haber intervenido para que el exmagistrado del Tribunal de Justicia Administrativa (TJA) y, además, ex coordinador general jurídico de la Secretaría de Infraestructura, Movilidad y Transportes (SMT), en el gobierno de Gali Fayad, Alfonso Siriako Guillén Almaguer, eludiera la vinculación a proceso por un supuesto desvío de recursos.

Por ello, el gobernador Miguel Barbosa incluso le recomendó a Héctor Sánchez separar sus “filias y afinidades” en la impartición de justicia, para no proteger ni privilegiar a nadie por sus vínculos políticos.

El caso, insisto, es que ahora el nuevo enemigo número 1 en Puebla es el presidente del Poder Judicial.

Y mientras esto sucede, en la ciudad y en el resto del estado, la inseguridad se desborda.

Tan solo del fin de semana a ayer, se registraron tres robos graves en los que hubo heridos y violencia desenfrenada, la cual pudo provocar un saldo fatal.

El primero de los robos se dio en agravio de un matrimonio de la tercera edad, con domicilio en el fraccionamiento de lujo Lomas de Angelópolis, en el Clúster 333, a donde un comando de cinco encapuchados, armados hasta los dientes, ingresó violentamente para robar joyas, dinero en efectivo y lo que encontraran.

La pareja de abuelitos fue atada y amordazada, durante el fin de semana pasado, para que los ladrones, a quienes nadie vio, les robaran un botín valuado en al menos 5 millones de pesos.

El segundo asalto se dio ayer en la sucursal del banco Santander ubicada en la avenida 11 Sur y 105 Poniente, donde sujetos a bordo de una camioneta Voyager color verde sorprendieron a los custodios de un vehículo de valores, quienes iban a abastecer los cajeros automáticos.

Al momento, se dio una balacera entre custodios y asaltantes, por lo que por ambos bandos hubo heridos: dos empleados de seguridad y uno de los ladrones.

El monto de lo robado, trascendió, porque no se confirmó, fue de entre 1 y 3.5 millones de pesos.

Y el tercer robo violento en Puebla se dio la tarde de ayer en la tienda departamental Sanborns que se ubica en el bulevar Héroes del 5 de Mayo, en la colonia Huexotitla.

Al lugar, ingresaron tres sujetos armados, quienes dispararon sus armas de fuego al aire para amagar a los presentes y poder romper y vaciar las vitrinas en las que se exponían varios equipos telefónicos.

El atraco se dio alrededor de las 17:00 horas y los asaltantes escaparon a bordo de una motocicleta con rumbo desconocido.

En los tres casos, no existen detenidos ni sospechoso alguno, ya que las autoridades se encuentran analizando los eventos.

¿Qué sucede en Puebla que la delincuencia está desbordada?

Urgen estrategias más efectivas para contrarrestar al crimen organizado.

Porque si hablamos de feminicidio la cosa se pone peor.

Y mientras, nuestros políticos y autoridades con sus pleitos personales.

[email protected]
Twitter: @poncharelazo
Facebook: Alfonso González