La crisis de inseguridad en el país y en cada uno de los estados es simple y sencillamente catastrófica, y evidentemente no hay poder humano que pueda detenerla.

Está visto que ni Morena ni el propio presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) pueden, ni podrán, con la terrible inseguridad que azota a la nación entera, porque no hay lugar seguro en México.

En Puebla, ya lo habíamos dicho con antelación, las cosas están igual o a punto de ponerse tan difíciles como en otros estados donde los feminicidios, el secuestro, los robos en todas sus modalidades y los muertos por doquier están a la orden del día.

Aunque es mucho peor la insensibilidad que existe en el gobierno federal y muchos estatales sobre un fenómeno que azota a los ciudadanos, a hombres, mujeres y niños, y a ricos y pobres, quienes están a merced de la delincuencia.

Ya nadie está seguro ni en Puebla, ni en ninguna otra parte del país.

Tan sólo ayer, un contingente de familias enteras, mujeres, niños y padres, quienes se encontraban formados esperando la dosis de vacuna para menores de 5 a 11 años en el Centro de Salud de la colonia Francisco I. Madero, de la junta auxiliar de San Jerónimo Caleras de la ciudad de Puebla, vivieron momentos de terror.

Y es que un par de sicarios en motocicleta acudieron al lugar para cazar y asesinar a Fernando Flores Garcíaalias “La Zorra”, quien se encontraba en la fila de vacunación esperando su turno junto con un menor.

Los sujetos llegaron al lugar, empuñaron el arma, ubicaron a su objetivo y desde algunos metros dispararon en varias ocasiones hiriendo a Fernando Flores y al menor que lo acompañaba, además de una menor y su padre.

Algunas versiones señalan que el ataque contra el apodado la Zorra se debe aún ajuste de cuentas entre bandas delincuenciales, las cuales ya vimos que no se tocan el corazón con tal de lograr su cometido y asesinar a su objetivo.

Trascendió que Flores García fue sentenciado por los delitos de homicidio calificado, narcomenudeo y robo de vehículo, pero enfrenta su proceso en libertad, lo que explica su aparición en las filas de vacunación.

Lamentablemente, como regularmente ocurre, los elementos de seguridad de la ciudad, del estado, de la Fiscalía y hasta del Ejército Mexicano llegaron tarde al lugar, pues aunque montaron su famoso operativo los agresores huyeron sin problema alguno.

Mientras, los poblanos quedaron aterrados con los hechos, exigieron seguridad a las autoridades, prudencia por el esquema de vacunación al que fueron sometidos los niños y garantías de que nada esto volverá a ocurrir.

¿Qué carajo sucede en Puebla?

¿Qué pasa en la ciudad más importante del estado?

Ya no pueden los poblanos estar tranquilos ni a la hora de vacunarse, es el colmo de la ingobernabilidad y de la inseguridad.

¿Qué más tiene que pasar para que las autoridades hagan algo e intenten contrarrestar la maldita inseguridad?

Van a seguir metidos en sus disputas personales contra el pasado, contra quienes les heredaron el gobierno y contra todos sus enemigos?

¿No sería bueno que mejor se pusieran a trabajar?

Apenas, en ediciones pasadas de Posdata dábamos cuenta de cómo están de graves las cosas en Puebla por la inseguridad que nos azota, ya ayer fue la gota que derramó el vaso.

Porque niños y mujeres quedaron a merced de un par de sicarios sin escrúpulos, a quienes no les importó herir o matar a un menor de edad con tal de salirse con la suya.

¿Hasta cuándo tenemos los poblanos que seguir soportando esto?

¿Qué no era más fácil que el gobierno del estado se organizara para que la vacunación de los niños contra el Covid-19 se realizará en las escuelas?

Sin exponer a los menores a las inclemencias del tiempo, a las largas filas, a las interminables horas de espera y hasta los balazos para poder recibir la dosis.

¿No hay alguien que piense tantito en el gobierno?

Ayer los menores tuvieron que esperar en las distintas filas de vacunación de 4 a 7 horas de pie, y a algunos ni siquiera los vacunaron.

Ojalá que el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta y el presidente municipal Eduardo Rivera Pérez hagan algo para poder resolver este problema que por poco y termina con un saldo rojo y en tragedia.

Y ya para rematar habría que recordar que a nivel nacional el mes de mayo se registró como el mes más violento en lo que va del 2022, de acuerdo con el reporte del gabinete de seguridad federal, ya que tan sólo en este periodo se contabilizaron un total de 2 mil 472 homicidios dolosos.

En promedio, por día, se registraron 79.7 muertes violentas. Se registró un repunte de 16% en los homicidios dolosos, ya que en el mes de abril se reportaron 2 mil 131 muertes violentas.

De los 2 mil 472 homicidios dolosos ocurridos durante el mes de mayo, un total de 758 (es decir el 30%) ocurrieron en tres estados: Guanajuato, Estado de México y Michoacán.

El siguiente reporte de seguridad del Inegi se publica en el mes de julio, ya veremos cómo nos fue en junio.

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