El Ayuntamiento de Puebla, vía la Secretaría de Seguridad Ciudadana del Municipio, y su titular, María del Consuelo Cruz Galindo, es el responsable de que no existan casos como el de Debanhi Escobar Bazaldúa, joven desaparecida y asesinada en Nuevo León.

Es garante, incluso, de la seguridad en todo el municipio y de todos los ciudadanos.

Desde luego, los poblanos debemos poner de nuestra parte en distintos casos, formas y medidas, pero quien marca la pauta y la línea a seguir es la autoridad competente.

Sobre todo porque, se supone, los encargados de seguridad, en este caso María del Consuelo, son los especialistas en la materia y quienes establecen y afinan las estrategias para evitar la inseguridad en la capital el estado.

Inseguridad, hay que decir, que nos está ganando terreno en el municipio más importante de toda la entidad.

Porque, en la actualidad, uno de los reclamos más apremiantes de la población para con los tres niveles de gobierno, particularmente en el caso de Puebla capital, es precisamente la inseguridad.

Una inseguridad que se está desbordando sin que nadie haga nada.

Inseguridad que no sólo se da en los famosos antros, en los bares o restaurantes sino en todo lugar, incluso en las fiestas particulares.

No hay día en que no aparezcan muertos, cuerpos desmembrados, embolsados, encobijados, tirados en las barrancas y asesinados a sangre fría, incluso con el tiro de gracia.

Ya no podemos salir ni a la tienda.

Y qué decir de los asaltos a mano armada, a casa habitación y en el transporte público.

La ciudad antes no sufría de esto, o al menos no en gran medida.

Y se quejaban de la era morenovallista.

¿Qué está ocurriendo ahora?

Hoy por hoy, el presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, debe ponerse bien las pilas.

De entrada, ya reconoció, al menos en un par de ocasiones, que la grave inseguridad, traducida en la disputa entre bandas y la presencia del crimen organizado en todas sus modalidades, es real y tiene presencia en la capital.

Es por ello que debe haber una estrategia bien definida para contrarrestar sus efectos, ya que de lo contrario la cosa se va a agravar.

se va a materializar, hay que decirlo, de distintas formas.

La primera, y tal vez la más importante, es que si la inseguridad no para habrá un intenso malestar de la gente, la cual calificará la gestión de Lalo Rivera en 2024, momento en que el edil deberá reelegirse o buscar la candidatura al gobierno de Puebla.

¿Le dará para ello al presidente municipal?

Ya los poblanos tuvimos un gobierno desastroso con Morena, la 4T y con Claudia Rivera Vivanco. Y no queremos otro.

Es por ello que la actual administración panista de la ciudad debe asumir el compromiso de generar las políticas y la inteligencia necesarias para evitar casos graves como los feminicidios.

No solo dialogando con los empresarios dueños de los antros, sino ofreciendo la inteligencia y estrategia necesaria en todos los sectores.

Debe generar una cultura de cuidado, una alerta social para generar más seguridad y menos desgracias.

A los empresarios, por supuesto, les toca una gran parte: las medidas de higiene, de seguridad para evitar armas en los bares y restaurantes nocturnos, así como para cumplir con todas las exigencias que marca la ley.

Empero, me parece que es la autoridad la más responsable en el tema de la seguridad.

Y si vamos más lejos, también a los poblanos, al ciudadano de a pie, le corresponde hacerse responsable de su propia integridad a la hora de salir a divertirse, a cenar, a tomar una copa o a pasar un rato agradable a donde le plazca.

Nadie en Puebla quiere un caso como el de Debanhi Escobar, joven desaparecida y asesinada en Nuevo León. Mucho menos ahora que ya conocemos el terrible hecho, el cual se dio en el marco de una fiesta privada.

Ya sólo falta saber que está haciendo, en particular, María del Consuelo Cruz para lograrlo, porque no es cosa sencilla.

Voy y vengo.

 

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