Me queda claro que si el ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas viviera ya se habría vuelto a morir del coraje y de la pena que le provocaría ver a su rebaño dividido, peleado, escondido y ridiculizado.
La 4T los tiene asustados, amenazados y contra la pared.
Tal vez por eso anden por allí dando pena y tumbos, no todos, por supuesto, pero sí la mayoría.
Algunos, como Genoveva Huerta Villegas, la dirigente estatal del PAN, han sacado valor, fuerza y coraje para convertirse en la única figura de oposición en el estado, muy por encima de muchos panistas que juran y perjuran dar la vida por su partido.
El morenovallismo se extinguió al punto que sus ex integrantes hoy son almas en pena que vagan de partido en partido buscando acomodo para brincar a un cargo público.
Desde luego, esto no contribuye en nada a la credibilidad de una clase política que se forjó en 2010 cuando el morenovallismo destronó al PRI y al marinismo, y los sacó de Casa Puebla, la antigua residencia de gobierno.
Que pena que el PAN, el morenovallista, no logre forjar la imagen de un partido fuerte, de una oposición seria y competitiva por sus guerras internas, por sus diferencias y por personajes que se van, renuncian, lo abandona y vuelven como si nada hubiese pasado, sólo por un interés personal.
El supuesto regreso del diputado Marcelo García Almaguer a Acción Nacional parece más una estrategia personal, que responde a intereses ajenos al albiazul, los cuales apuntan a la intención de generar aún más ruido en su ex partido, que una preocupación colectiva.
Y digo más ruido porque si lo que pretende es volver para disputarle la candidatura a la presidencia municipal a un panista de verdad, a Eduardo Rivera Pérez, o a quien se convierta en su propio abanderado al gobierno de la ciudad, está en chino.
Si bien el regreso de “El Chelo” no tardaría 2 años como lo afirmó el dirigente municipal panista, Jesús Zaldivar Benavides, quien, por cierto, está construyendo un bunker en su sede para hacer quién sabe qué cosa, tampoco se podría dar en automático.
Marcelo García tendría que espera al menos un par de meses, si no es que más porque los procesos de afiliación están detenidos por el Covid-19, para volver a ser panista, o al menos intentar parecer un político congruente con lo que dice y hace.
Porque la credibilidad de los políticos está en el suelo precisamente por acciones como las de Marcelo, quien se fue de su partido echando pestes de la dirigencia, de su titular, diciendo que el PAN estaba secuestrado por un grupo.
En febrero del año pasado, García Almaguer anunció su renuncia al PAN, mostró el documento que lo acreditaba y arremetió en contra de Genoveva Huerta, a quien incluso acusó de estar ausente y muda en la última elección a gobernador, además que navegó en los restos de un partido que él, los militantes y los ciudadanos tardaron años en construir.
Ah, que Marcelito, ¿a quién querrá engañar esta vez?
Porque incluso la dirigencia nacional panista, liderada por Marko Cortés Mendoza, sabe perfectamente de la traición del diputado, y ahora de su nueva reflexión para disque volver al PAN.
Lo cierto es que se me hace que al Chelo ya nadie le cree, y mucho menos en el PAN, donde ya lo ven más cerca de Morena que de sus propias filas.
Y no es para menos, hace apenas unos meses juraba que como independiente impulsaría un proyecto ciudadano y una nueva opción de gobierno, y hoy, asumiendo aquello de “siempre no”, parece que las cosas cambiaron.
Me parece que la intención de regresar al PAN, por parte de Marcelo, hace más ruido que otra cosa.
El Chelo divide, ya no suma.
En su más reciente informe de labores como diputado, por cierto, no invitó a ninguno de los dirigentes panistas en Puebla, sino más bien a integrantes del Partido Movimiento Ciudadano, a su líder Dante Delgado Rannauro, así como a personajes de segundo pelo.
¿Cuál será el nuevo proyecto de Marcelo García?
¿Le va a alcanzar el tiempo, antes de que llegue la elección intermedia, para obtener su nueva afiliación al PAN y negociar un nuevo cargo público?
¿A poco le van a dar algo en el PAN?
Ya veremos y diremos.
En twitter: @poncharelazo
Facebook: Alfonso González
Etiquetas
