Dos polémicos y peligrosos momentos, se vivieron ayer en el estado de Puebla cuando se registraron un par de manifestaciones –muy violentas–, por parte de un grupo de vecinos de la junta auxiliar La Resurrección y de habitantes de la Atlixcáyotl.

Ambas movilizaciones, hay que decirlo, provocaron un caos vial y dejaron únicamente consecuencias materiales, no humanas, pero a punto estuvieron de generar dos conflictos trágicos.

La primera se dio entre las 12 y 13 horas, cuando un grupo de manifestantes de La Resurrección marchó por las calles del Centro y se plantó frente al Palacio Municipal, sede del Ayuntamiento de Puebla, para exigir que reabrieran negocios irregulares de su propiedad.

Previamente, la Dirección de Tránsito de la ciudad montó un operativo y tuvo que cerrar vialidades para seguridad de peatones, vehículos y de los propios manifestantes.

Lo mismo hizo la Secretaría de Seguridad Ciudadana y acordonó la entrada de la sede del gobierno de la ciudad para evitar un ingreso violento, cosa que enardeció a los quejosos.

Acto seguido, amenazaron con derribar la puerta del Palacio con un tractor que plantaron en el lugar si no se retiraba la seguridad y les permitían la entrada.

Sin embargo, llegó el momento en que entre los gritos, sombrerazos y mentadas de madre, las mujeres que acompañaban la manifestación lanzaron el primer descontón, lo que provocó el enfrentamiento directo con la Policía.

Ese fue el punto que rompió el diálogo, ya que de inmediato se soltaron catorrazos, patadas, manotazos, pedradas, tubazos y todo tipo de agresiones contra los gendarmes por parte de los colonos de La Resurrección.

Los rijosos arremetieron contra los azules con todo lo que se les puso enfrente, plantas, maceteros, adornos urbanos, llaves de cruz, botellas, piedras y palos, con tal de tratar de golpear y retener al menos a un policía.

Lamentablemente, los manifestantes llevaban niños y personas adultas que quedaron en medio de la refriega, y quienes apenas lograron correr despavoridas.

Al momento, un funcionario municipal de nombre Israel Chávez Pérez, quien intentó intervenir y establecer una mesa de diálogo, fue retenido por la fuerza, aunque lo liberaron horas más tarde.

No así al presidente auxiliar Adolfo Reyes Pérez López, quien fue detenido durante la refriega y puesto a disposición de la autoridad competente.

De ambos lados hubo heridos, cuatro policías con golpes y descalabradas, tres detenidos de nombres Adrián N, Adolfo N y Jehu N.

La pregunta es ¿por qué se dio la manifestación y la gresca?

Muy sencillo, porque en propia voz de los manifestantes ellos desean que sea en La Resurrección donde se paguen sus impuestos, permisos, derechos y obligaciones, y no en el Ayuntamiento de Puebla, tal como lo ordena la ley.

Es decir, quieren ser un pueblo indígena independiente, como dicen que son, que no permite que nadie administre ni sus costumbres, ni sus leyes.

No quieren pagar impuestos sino lo que ellos consideran justo, pero sí exigen obras públicas como drenaje, pavimentación, alumbrado, entre otros.

Empero, el verdadero motivo, además, de su cerrazón e ilegalidad es que el Ayuntamiento de Puebla ha clausurado, cerrado y sancionado muchos negocios irregulares, de todos los giros, ubicados en la región, particularmente antros clandestinos.

Uno de ellos recién sancionado, de nombre “La Pasadita”, además de otros tres establecimientos con venta de todo tipo de bebidas y sustancias.

Los manifestantes de La Resurrección desde luego que están amparados por la ley para manifestarse libremente; sin embargo, su derecho termina cuando sus acciones afectan los intereses ajenos, los del resto de los ciudadanos.

¿Qué culpa tienen los comerciantes del Centro Histórico de las irregularidades en que incurren los habitantes de La Resurrección?

¿Qué culpa tienen las familias que viven en el primer cuadro de la ciudad del cierre de calles, del caos vial y de las manifestaciones violentas como las provocadas por los colonos de La Resurrección?

¿Por qué quedarse callado si alguien trastoca la tranquilidad de una persona y hasta pone en riesgo su vida?

El cierre de la Atlixcáyotl

Y lo mismo sucedió en la segunda de las manifestaciones, registrada en la Vía Atlixcáyotl, donde un grupo de máximo 80 personas cerró esa gran arteria vial.

En esta zona, la inconformidad de los vecinos radica en la prohibición de las vueltas a la izquierda, estrategia implementada por el estado para agilizar el intenso tráfico registrado en la Atlixcáyotl.

Ayer se dio el tercer cierre de la vialidad por parte de los poblanos inconformes, quienes exigen que regresen las vueltas a la izquierda a como dé lugar.

A pesar de la mediación de las autoridades, los manifestantes, particularmente de Villas de Atlixco, han rechazado la prueba de movilidad implementada por el Gobierno, por lo que amenazaron con mantener los cierres de la Atlixcáyotl de manera sorpresiva.

Lamentablemente, durante la manifestación se han registrado choques, enfrentamiento directo con los automovilistas, quienes han terminado a golpes, así como afectaciones de todo tipo.

¿Qué terquedad de estar afectando a terceras personas solo por privilegiar el interés de unos cuantos?

¿Qué carajo no piensan que sus cierres viales pueden provocar una muerte?

Se me hace que para estos temas ya hace falta mano dura del Gobierno.

¿O me equivoco?