Bien dicen que la ambición por el dinero y el poder puede destruirlo todo, incluso a una familia productiva, de respeto y de abolengo, que brilló e hizo fortuna gracias a la visión y emprendimiento de un padre empresario.
Es la historia de un personaje que procreó seis hijos, cinco de ellos mujeres y un solo varón, y quien gracias al trabajo, al empeño, a la constancia, a su visión y a sus inversiones, logró amasar una fortuna de más de mil millones de pesos.
El ducho empresario, aunque nació en Coahuila, fue en los estados de Puebla y Oaxaca donde pudo edificar su emporio económico, valuado, para ser exactos, en algo así como mil 036 millones de pesos.
¿Qué más podría anhelar alguien que parece tener la vida resuelta, sobre todo para su familia?
Sin embargo, como dicen, nadie sabe para quién trabaja.
Porque tras la muerte del rico empresario, quien nunca visualizó que su herencia, de al menos 47 propiedades, provocaría graves problemas y un verdadero infierno para su propia familia; la paz y tranquilidad entre los parientes se terminó.
Y es que ante su ausencia, fue el hijo varón quien se hizo cargo de administrar el legado, los bienes y todo lo que se construyó y le fue cedido, ya que fue nombrado albacea.
Justamente allí fue cuando afloró la ambición, codicia y avaricia de quien se convirtió, solo por ser el varón, en el encargado de disponer de las ganancias generadas por los negocios que dejó su padre a los seis hijos.
Las iniciales del ambicioso hijo son JV, y no es el poderoso constructor dueño de las torres y edificios más importantes de Puebla, sino el dueño de una famosa cadena de mueblerías muy reconocidas en Puebla.
Resulta que los problemas se agudizaron entre esta familia debido a que el hermano, de 54 años, se ha negado rotundamente a entregar la herencia que les corresponde a sus cinco hermanas, tal como lo dispuso su padre.
JV es señal
ado incluso de ejercer violencia contra las cinco hermanas, quienes son legalmente herederas de las rentas, de las propiedades y de todo lo que dejó su padre.
Porque a estas alturas, las cinco hermanas, a pesar de tener derecho a la herencia, es el momento que no han podido acceder a sus beneficios por voluntad de su hermano, a quien tachan como un hombre sin escrúpulos que se apropió los dividendos económicos generados por las rentas de las numerosas propiedades de las que también son dueñas.
Y es que JV, quien pretende hacerse pasar como un honorable empresario pero que en realidad es todo lo contrario, logró montar con los recursos de las rentas un negocio de mueblerías, las cuales se ubican en Zavaleta, Bella Vista, Lomas de Angelópolis y Atlixco.
Además, JV recibe las ganancias de las rentas de diversos inmuebles ubicados en la ciudad de Puebla, en Tehuacán, en Tepexco, en Cuautinchán, en Veracruz y en Oaxaca, mismas que dejan mensualmente ganancias por un millón 870 mil 593 pesos.
Y si esta cantidad se suma, de diciembre de 2015, fecha en que murió su padre, hasta hoy, las ganancias administradas por JV deberían rondar por los 180 millones de pesos, los cuales debieron repartirse entre los seis legítimos herederos.
Empero, a la fecha se dice que en realidad ese dinero apenas suma unos 68 millones de pesos, los cuales están reflejados en las cuentas bancarias de la familia, por lo que JV estaría despojando sistemáticamente a sus hermanas de lo que les corresponde.
La historia del millonario empresario y el hijo ambicioso parece de película, por lo que en Oaxaca ya tuvo repercusión, pues JV ya fue requerido por un juez familiar para rendir cuentas de la herencia de su padre, a lo que por ley está obligado.
En el caso de Puebla, lamentablemente, se sigue un litigio que ha sido largo y tortuoso, lento e ineficaz por la autoridad, por lo que hasta hoy se ha permitido el despojo del patrimonio de las cinco hermanas.
Se dice que JV, además, es señalado por las violaciones y abusos cometidos contra sus hermanas, sobre las que ha ejercido violencia patrimonial y económica, ya que las ha humillado por el simple hecho de ser mujeres.
Existen pruebas de cómo ha calificado a las hermanas, a quienes no baja de “mujeres tontas”, y quienes deberían, según él, ser dóciles y agradecidas por todo lo que ha hecho para administrar la herencia de su padre.
Así se las gasta JV, quien, además, asegura ser un muy influyente empresario en el estado.
En breve les voy a contar quién es.
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