La Unidad del Sistema Para la Carrera Magisterial de las Maestras y Maestros, conocida como Usicam, es un área que funciona en la Secretaría de Educación Pública (SEP) federal, y aplica para todos los integrantes del Sindicato Nacional para los Trabajadores de la Educación (SNTE).
Dicen que es un “garrote político”.
Y es que aseguran que la Usicam se ha convertido en un ente opaco y sin transparencia, el cual es todo lo contrario para lo que fue creado.
Por cierto, se supone que fue creado para el desarrollo y crecimiento laboral de los maestros.
Sin embargo, en el magisterio todo mundo sabe que mediante la Usicam solo se colocan –sin problema– a amigos y parientes en los espacios generados, a partir de los exámenes de promoción, los cuales son alterados para favorecer intereses personales.
Es decir, de forma vertical, de supervisor pasa a jefe de sector y de manera horizontal, va de maestro a director.
En este esquema, no hay transparencia en los procesos de crecimiento y asignación de lugares, ni explicación de los resultados positivos o negativos.
En la Usicam, las promociones y todo el trabajo es en línea, no es presencial, desde que se hace una solicitud de promoción todo es mediante Internet; aun en esos lugares donde la señal no llega y donde están los profesores que precisamente requieren de un crecimiento, mediante una promoción.
Se dice que por ello, la Usicam es excluyente, pues desconoce las circunstancias que se dan en todo el estado por la falta de Internet. Y cuando físicamente va y viene un profesor a las instalaciones de dicho organismo, se le pide que todo sea por correo, aunque cuando le contestan, ya otro maestro tomó el lugar.
La unidad referida ha generado que ya no se paguen los permisos por gravidez, las licencias no se cubran por otros profesores y se acomoden a conveniencia las necesidades escolares.
Actualmente, las escuelas padecen de profesores cuando las maestras, particularmente, piden permiso por gravidez.
Empero, se tiene la sospecha de que todo esto se hace para generar la venta de plazas, las cuales dejan a resguardo y se esconden los lugares, generando una corrupción total.
Por todo lo anterior, los maestros no se superan ni desarrollan laboralmente debido a que el sindicato magisterial hace que no ve los reclamos de quienes aportan sus cuotas sindicales puntualmente.
La Usicam depende de la SEP federal, no es un asunto local. Es por ello que tiene cierto blindaje, ya que nació a partir de una modificación a la Ley Federal del Trabajo y la Reforma Educativa, desde el Congreso de la Unión.
La Usicam opera desde la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador, por lo que tiene unos cinco años de vida, es selectiva y discrecional, y se ha convertido en algo peor de lo que era la carrera magisterial, la cual tenía sus puntos negros pero tenía un presupuesto, cosa que hoy no existe.
Al parecer, lo que hay es más bien un acuerdo de conveniencias entre la SEP y la organización sindical.
La Usicam es un instrumento que no es justo laboralmente hablando, pues tiene lagunas y sesgos, y aunque hay quienes ascienden son los menos.
Para remediar esta situación, antes de que estalle un conflicto, el Gobierno tiene que retomar el terreno de la educación.
La Usicam tiene que actualizarse y revisarse para que funcione de forma eficiente y honesta, pues ante una jubilación el espacio se queda vacío hasta cuando llega un recomendado, o se venda la plaza.
Todo esto afecta la movilidad que tenían los profesores cada ciclo escolar, para acercarse, por lo que ahora ni siquiera pueden hacer permutas y ascender.
Es todo un candado para las aspiraciones laborales.
Es un acto de despojo laboral y de frustración, ya que mediante trampas pulverizan el tema laboral en los maestros.
En suma, la Usicam es una Santa Inquisición donde se estrellan las mejoras laborales.
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