Contrario a lo que se pensó, presumió y especuló, la visita de Xóchitl Gálvez Ruiz, la aspirante presidencial por el Frente Amplio por México, no fue lo que se esperaba porque no se dieron las filas, el tumulto y los miles de personas vitoreándola y siguiéndola por Puebla.
Desde luego que Xóchitl mueve a la gente, sí, pero con lo que logra tampoco es suficiente para contrarrestar el arrastre de Morena y ganarle a la ola obradorista la presidencia en 2024.
En la CDMX, tal vez, esté el bastión de Xóchitl por aquello de que se postulaba por la Jefatura de Gobierno, pero en Puebla le faltó punch.
Lo que quedó claro es que en la entidad suma y podría sumar muy bien porque al menos logró reunir a políticos de distintos partidos, empresarios y comunicadores, quienes pidieron entrevistarla “en exclusiva” para llevarse la de ocho (que debió ser la de ocho centímetros porque sus mejores declaraciones las dio públicamente, pero en fin).
Malo que los organizadores del primer evento, quienes decidieron qué medios la entrevistarían en privado, hayan dejado esperando a los reporteros que asistieron puntales a la conferencia de prensa.
La organización de los actos públicos de Xóchitl, por cierto, corrió a cargo de la senadora Nadia Navarro Acevedo, de la diputada Guadalupe Leal Rodríguez y de la dirigencia estatal y municipal del PAN en Puebla, es decir, de Augusta Valentina Díaz de Rivera y de Jesús Zaldivar Benavides, respectivamente.
Y aunque evidentemente Xóchitl tiene más aceptación y arrastre que el acartonado y viejo político de Santiago Creel Miranda, tampoco logró lo que se esperaba.
En el primer evento, el de Nadia Navarro, insisto, se desdeñó a la prensa, se clasificó a los reporteros y se les dejó esperando. El recinto que llenó la aspirante presidencial lo llenó porque tampoco es tan grande, tal como sucedió con Claudia Sheinbaum Pardo, de Morena.
En la rodada organizada por Lupita Leal falló el acarreó porque apenas si le juntaron 50 ciclistas a Xóchitl, cosa que puso en mal a la legisladora local. La gente de a pie ni se enteró de quién se trataba, por lo que ni caso le hizo para rodar con ella.
Y el evento del Country tampoco estuvo a reventar porque en algunas imágenes se nota y es claro que el acomodo de las sillas se hizo de modo que no se vieran espacios vacíos; aunque les falló, porque si la gente se hubiese arremolinado al salón social las sillas hasta hubiesen estorbado.
Un Country a reventar se da cuando la gente está de pie, vitoreando y haciendo escándalo por el invitado.
Lamentablemente no fue así, porque los panistas apenas si lo llenaron.
Otro granito más en el arroz para los organizadores de la gira de la futura candidata del Frente Amplio Por México en Puebla fue su pronunciamiento a favor del aborto y su despenalización en la entidad, ya que los panistas locales se han manifestado, una y otra vez, por rechazar esta posibilidad.
Entonces, ¿son o no son?
¿O nada más cuando les conviene?
Qué pena para el Yunque y sus protagonistas.
Por cierto, allí con Xóchitl también estuvo el político camaleónico y desamparado Luis Tiffein, quien se aparece cada que cree que puede meterse a la grilla, sacar provecho y ser nota en Puebla.
Porque TIffein bien puede aparecer públicamente con Fernando Morales Martínez, aún dirigente estatal de Movimiento Ciudadano (MC), dizque en reunión de trabajo, o ayer con los panistas poblanos, dizque apoyando a Xóchitl Gálvez.
Al rato nadie dude que va a aparecer con alguna corcholata local o nacional, a ver si de rebote le dan chamba.
Con razón lo corren de los partidos y lo vetan los amigos.
El caso es que a la aspirante del Frente Amplio por México igual le acarrearon lo más feíto de la política aldeana, a fin de poder llenar sus actos y eventos en Puebla, aunque menores a los de las corcholatas de Morena, eso sí.
Al final, Nadia Navarro consiguió lo que quería, con apoyo de su amiga Xóchitl, poder figurar como opción a la candidatura al Gobierno del estado por la oposición en Puebla y ser nota en los medios.
La Ley Alcántara
La polémica iniciativa propuesta por el diputado local panista Eduardo Alcántara Montiel, acusado de violentar a Erika de la Vega, ya revivió las negras intenciones del legislador contra las mujeres.
Porque está claro que la propuesta no es para su beneficio, debido a que no es retroactiva, pero sí para futuros personajes que se encuentran en una situación similar a la de él.
Aunque la Ley 3de3 es clara y también impide a los violentadores ser candidatos y/o funcionarios, y ya está en la Constitución.
La propuesta de Alcántara, básicamente, pretende que no le suceda a otro lo que cree que le pasó, porque a estas alturas insiste en decir que es inocente, cuando ya fue declarado por las autoridades como un violentador de género.
Su iniciativa exprés pretende privilegiar en cualquier juicio la presunción de inocencia, cosa que se supone ya existe.
Me pregunto, ¿pero qué necesidad la del diputado de estar jodiendo con el tema, si todo le va a rebotar a él por abusivo?
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