El 24 de febrero, la presidenta de Perú, Dina Boluarte, ordenó el retiro definitivo del embajador peruano en México, en respuesta a lo que consideró “injerencias” del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Esta decisión generó una nueva condena por parte del líder mexicano, quien respaldó nuevamente a su antecesor destituido, Pedro Castillo, y criticó duramente a la administración de Boluarte.
López Obrador calificó la destitución y encarcelamiento de Castillo como “una farsa” y “una gran injusticia”, y tachó al gobierno actual de Perú como uno “establecido de facto, autoritario y represor“. Además, se lanzó contra los medios de comunicación y organizaciones que según él “callan como momias” ante lo que considera el saqueo de los bienes naturales por parte de oligarquías nacionales y extranjeras en Perú.
El mandatario mexicano insinuó que Boluarte representa una “gobernante a modo” que las supuestas oligarquías extranjeras necesitan para el robo de los recursos naturales de Perú. En este contexto, López Obrador reafirmó que seguirá denunciando lo que considera una “gran injusticia” representada por la entrada de la administración de Boluarte. Mientras tanto, la tensión diplomática entre México y Perú continúa en aumento.
Por qué Dina Boluarte retiró de manera definitiva al embajador peruano de México
La presidenta de Perú anunció el retiro de su embajador en México después de que su homólogo mexicano, Andrés Manuel, la llamara “presidenta espuria” para defender una vez más a Pedro Castillo.
Durante su conferencia del 24 de febrero, el jefe del ejecutivo dijo que la aprobación de la mandataria peruana era del 15% y su rechazo superaba el 85%. Además, señaló que el Congreso y sus diputados tenían un rechazo del 90%.
Estos comentarios surgieron una semana después de que López Obrador se negara a entregar la presidencia de la Alianza del Pacífico a Dina Boluarte, una decisión que se postergó debido a la crisis política que afectó a Perú después de que Castillo anunciara la disolución del Congreso.
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“(La designación de Boluarte) fue un acto ilegal, antidemocrático, arbitrario, no se respetó la voluntad del pueblo de Perú. Yo no quiero entregar la presidencia a un gobierno que considero espurio. (…) Yo no quiero legitimar un golpe de Estado”, añadió.
