El 23 de febrero de 2023, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución que hace un llamado a la paz en Ucrania, casi un año después de la invasión ordenada por el régimen de Vladimir Putin. La resolución exige la retirada inmediata e incondicional de las tropas invasoras, el cese de las hostilidades y una paz justa y duradera.
La votación tuvo una fuerte carga simbólica, aunque no fue vinculante, y fue aprobada por 141 votos a favor, 7 en contra (Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte, Eritrea, Nicaragua, Mali y Siria) y 32 abstenciones (China, India y buena parte de África).
El documento reafirma el apoyo a la soberanía ucraniana y su integridad territorial, rechazando las pretensiones rusas de anexarse partes del país que están ocupadas, y exige a Moscú que respete las fronteras reconocidas internacionalmente de Ucrania. Rusia ha utilizado su poder de veto para impedir resoluciones vinculantes en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Durante el debate, el ministro de Exteriores de Japón, Yoshimasa Hayashi, declaró que el próximo año no deberían reunirse para conmemorar el segundo aniversario de esta guerra de agresión insensata. Catherine Colonna, su colega de Francia, también señaló que este conflicto es una amenaza para todo el planeta ya que niega la existencia de fronteras y se trata de una guerra que atenta contra la existencia de un estado en medio de un plan de dominación imperialista.
La propuesta fue copatrocinada por 73 países, incluidos todos los de la Unión Europea, Estados Unidos y varios países latinoamericanos como Chile, Ecuador, República Dominicana y Uruguay. La resolución también destaca la necesidad de alcanzar una paz general, justa y duradera en Ucrania en consonancia con los principios de la Carta de las Naciones Unidas.