A pesar de haber participado en la mega marcha convocada por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el pasado 27 de noviembre, para celebrar 4 años de gobierno, al ex titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en Puebla, Melitón Lozano Pérez, parece que la suerte lo está abandonando.
Porque ha trascendido que el expediente de Melitón ya está casi listo.
Y está puesto en las sedes del Congreso del Estado y de la Auditoría Superior del Estado (ASE).
Aseguran, incluso, que no hay ni habrá nadie quien se atreva a defender a la ex corcholata, quien salió por cuerdas del gobierno, tras ser acusado de confabular en contra de su jefe, el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta.
Porque aunque el oriundo de Izúcar de Matamoros no haya sido capaz de reventar aquella visita de AMLO a Puebla, ciertamente no tuvo la capacidad de conciliar y negociar con los maestros, quienes echaron a perder el evento al exigir la liberación de su incremento salarial retroactivo.
Aumento, hay que subrayar, que fue promesa del propio mandatario nacional, quien tampoco lo había entregado a los estados para desgracia de los maestros.
Y aunque en un principio el gobernador Barbosa advirtió que no contaba con recursos para cubrir el citado pago, al final logró reunir el dinero para hacer realidad la promesa del presidente López Obrador para con los maestros.
La caída de Meltón Lozano, hay que recordar, se dio cuando maestros encabezados por Rodrigo Abdala Dartigues, actual delegado del Bienestar en Puebla, junto con el sobrino de Melitón Lozano, de nombre Víctor Manuel Ríos de los Santos, reventaron el evento encabezado por el mandatario nacional.
Posteriormente, sucedió lo que ya todos sabemos, se ordenó la renuncia voluntaria de Melitón Lozano, a quien se responsabilizó de la protesta y quien fue prácticamente echado del gobierno e investigado -a la fecha- por diversas irregularidades en su gestión.
En el caso de Abdala, a él no lo pudieron tocar porque es el protegido del titular de CFE, Manuel Bartlett Díaz, también ex mandatario de Puebla.
Lo cierto es que Melitón Lozano, según el propio gobierno, sí tenía todo un desastre en la SEP, donde se han descubierto y denunciado diversos casos de corrupción los cuales antes eran ignorados pero ahora ya se atienden.
El desencanto con Melitón fue tal que el Congreso del Estado empezó a armar su expediente para analizarlo, vía la ASE, y posteriormente turnarlo a la Fiscalía General del Estado (FGE), apoyada por la Secretaría de la Función Pública.
Así que, al parecer, por fin existe ya un diagnóstico sobre el trabajo y paso de Melitón por la SEP y el gobierno del estado.
Es por ello que las malas lenguas aseguran que la caída de Melitón podría darse en el mes de enero del 2023.
Ya veremos y diremos.
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En la Secretaría del Trabajo que encabeza Gabriel Juan Manuel Biestro Medinilla están más preocupados en organizar fiestas de cumpleaños y de fin de año, que en darle salida a los casi 35 mil expedientes rezagados sobre asuntos en materia laboral.
Tan sólo ayer se celebró con bombo y platillo, con una pachanga, globos, flores y hasta mariachis, el onomástico del presidente del Tribunal de Arbitraje Laboral en el Estado, Héctor López Abasolo.
Los allegados al titular de la dependencia, ni tardos, ni perezosos, se dieron tiempo de adornar la oficina y, de paso, limpiar el escritorio del festejado de estorbos, como los expedientes de los poblanos, los cuales quedaron literalmente en el piso.
Eso sí, las flores y uno que otro detalle quedó en el escritorio y en el lugar favorito del funcionario.
En la secretaría del trabajo salieron de Guatemala, con el ex titular Abelardo Cuéllar Delgado, quien tiene orden de aprehensión (2636/2022/Puebla) por las irregularidades detectadas durante su administración (22 millones de pesos), para ir a Guatepeor con Gabriel Biestro.
Porque, en realidad, Abelardo Cuellar no era ningún angelito de la caridad, ya que se descubrió que su despacho de abogados se benefició de los laudos obtenidos por trabajadores del Instituto de Capacitación para el Trabajo del Estado de Puebla (Icatep).
Los abogados defensores de Cuellar extrañamente ganaron las demandas de los trabajadores despedidos en el sexenio morenovallista, por lo que se hicieron acreedores a suculentas tajadas, provenientes de los pagos millonarios hechos a los empleados por los casos “casualmente perdidos” por la secretaría del trabajo.
Es decir, la secretaría del trabajo del actual gobierno se dejaba perder para que los abogados de Cuellar ganaran los casos de los trabajadores despedidos, los cuales ascendieron a más de 240 millones de pesos.
¡Qué bonita familia, carajo!
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