El significado de “padrote”, según la Real Academia Española (RAE), es aquel que induce a una persona a ejercer la prostitución y se beneficia con las ganancias económicas que se obtienen de esta actividad.
Y vaya que este perfil -abusivo e ilegal- aplica tanto en sociedad como en la política en general.
Empero, la política aldeana, sobre todo.
Porque, ¿cuántos padrotes de la política habrá en Puebla?
¿Cuántos especímenes de este tipo abundan en los partidos políticos locales?
Se me hace que son muchos.
En Morena, en el PAN, en el PRI, en el PRD, en el PVEM y hasta en la chiquillada los hay.
Y lo mismo se encuentran en los cargos públicos de alto, mediano y bajo rango.
Algunos de ellos, tres ejemplos de padrotes de la política poblana, quienes se han ganado a pulso la definición de quien esto escribe están estacionados, por ejemplo, en el Poder Legislativo.
Así es.
En el Congreso del Estado hay varios, aunque esta vez nos vamos a centrar únicamente en 3 de ellos.
Allí están los casos de los diputados y dirigentes, al mismo tiempo, Fernando Morales Martínez, el “Bond” de la polaca aldeana, quien dirige, ya con fórceps, al Partido Movimiento Ciudadano (MC).
Fernandito, hay que decirlo, vaya que es un padrote en la política porque, de entrada, ya fue dirigente priista en el estado, se benefició del tricolor cuanto pudo, lo abandonó para irse a tirar a los brazos del morenovallismo, porque en el PRI ya había escaseado el dinero, y ahora, últimamente, lo hizo con Morena y el barbosismo.
Dicen que en Casa Aguayo seguido le dan su pinole al hijo prodigo del ex gobernador Melquiades Morales Flores con tal de que esté tranquilito, y se ponga flojito y cooperando, tanto en la vida política como en los procesos electorales como el que se avecina en 2024.
A nadie sorprenden, juran, que el Bond de Puebla prostituya a su partido, a su gente y a su bandera con tal de seguir chupando la ubre del erario.
Eso sí, dicen que la noche de los cuchillos largos, para Fernandito, ya se acerca, si es que MC quiere hacer algo en 2024.
Sólo habría que analizar y comparar sus ingresos con sus gastos para demostrar el robo a despoblado del lidercillo en MC, porque se da vida de árabe millonario.
Por cierto, Pedro Jiménez León, ex delegado de MC en Puebla y compadre de mañas del Bond poblano, anda con el rabo entre las patas porque dicen que Dante Delgado Rannauro, líder nacional de MC, ya descubrió sus múltiples y asquerosos negocios personales a costa de su partido.
Y en Puebla no fue la excepción porque los mentados cursos de capacitación que vendió para los candidatos del proceso electoral pasado no sirvieron de nada, sólo para cobrar y saquear a la fuerza naranja.
Otro padrotazo político más, también líder de partido -del PRI- y diputado, es Néstor Camarillo Medina, a quien en el PRI nacional no le podrían confiar ni su lapicero.
Prueba de ello es que la senadora y la expresidenta del CEN del PRI, Claudia Ruiz Massieu Salinas, prefirió no anticipar su visita a Puebla con nadie, mucho menos con el lidercillo de su partido en Puebla, para que no se hiciera oficial en el gobierno.
Y es que a Néstor, por el recelo político y para ganar adeptos, ya se le hizo costumbre, aseguran, reportar todo lo sucedido en el tricolor al inquilino de Casa Aguayo.
El propio diputado y dirigente priista en el estado reconoció que se enteró de la visita de Claudia Ruiz Massieu por los medios de comunicación, porque nadie le informó de la visita de quien pretende buscar la candidatura a la presidencia.
Además, Néstor le habría ido con el chisme a su padrino Alejandro Moreno Cárdenas, “Alito”.
También como el “Bond…huebond” poblano, Camarillo Medina utiliza la ya muy poca estructura del PRI para saciar sus intereses personales. Porque ahora se le ocurrió la puntada de que quiere ser el candidato al Ayuntamiento de Puebla en 2024 por la alianza PRI-PAN-PRD.
De lo contrario no apoya a su amigo Eduardo Rivera Pérez, edil poblano.
Finalmente, el tercero de los padrotes de la política es ni más ni menos que el dirigente y diputado del partido Verde en el estado, Jaime Natale Uranga.
A mi amigo Jimmy Natale ya se le hizo fácil apoyarse en el pool a modo de la polaca para dar y repartir chingadazos.
Lo peor es que los dosifica para quedar bien, por una negociación política de “trueque” o para evitar quedar fuera del erario.
Pobre líder del tucanazo, tan lejos de los temas ecológicos y las verdaderas políticas del medio ambiente, pero tan cerca de los padrotes de la política poblana.
“Pero que asquerosidad es esto, eh”, dijera el clásico.
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