El presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que no se puede hablar de vencedores en una guerra nuclear ya que considera que nunca debería iniciarse un conflicto de este tipo.
El líder del Kremlin hizo el comentario en una carta dirigida a los participantes en una conferencia sobre el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), a más de cinco meses de su guerra contra Ucrania.
Partimos del hecho de que no puede haber vencedores en una guerra nuclear y que ésta nunca debe desencadenarse, y defendemos una seguridad igual e indivisible para todos los miembros de la comunidad mundial”, dijo.
Sus palabras en el foro del TNP parecían destinadas a dar una nota de tranquilidad y a presentar a Rusia como una potencia nuclear responsable. No obstante, contrastan con declaraciones anteriores de Putin y otros políticos rusos que se han interpretado en Occidente como amenazas nucleares implícitas.
En un discurso pronunciado el 24 de febrero, al lanzar la invasión de Rusia a Ucrania, Putin se refirió de forma directa al arsenal nuclear de Rusia y advirtió a las potencias extranjeras que cualquier intento de injerencia “los llevaría a consecuencias como nunca han encontrado en su historia”.
Días después, ordenó que las fuerzas nucleares rusas se pusieran en alerta máxima.
El director de la CIA, William Burns, dijo en abril que, dados los reveses sufridos por Rusia en Ucrania, “ninguno de nosotros puede tomar a la ligera la amenaza que supone un posible recurso a las armas nucleares tácticas o de bajo rendimiento”.
Rusia, cuya doctrina militar permite el uso de armas nucleares en caso de una amenaza existencial para el Estado ruso, ha acusado a Occidente de librar una “guerra por delegación” contra ella al armar a Ucrania e imponer sanciones a Moscú.
En abril, Rusia realizó un primer lanzamiento de prueba de su nuevo misil balístico intercontinental Sarmat, capaz de realizar ataques nucleares contra Estados Unidos, y dijo que planeaba desplegar las armas en el otoño boreal.