Un buen remedio a los proyectos turísticos que fueron herencia del morenovallismo, esos que dicen que no sirven para nada, que le cuestan millones de pesos al erario y que debido a eso tienden a desaparecer, es la intervención de la Iniciativa Privada (IP).

La concesión de esos atractivos turísticos instalados en la capital, particularmente, es un buen remedio para poderlos hacer productivos, para que dejen de ser elefantes blancos y para poder así, sobre todo, evitar su desaparición.

Parece muy razonable la propuesta del presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en Puebla, Ignacio Alarcón Rodríguez Pacheco, quien se pronunció a favor de que los empresarios inviertan en el proyecto del Tren Turístico con el fin de obtener su concesión.

Empresarios que, según él, ya existen y están interesados en invertir en el tren poblano para hacerlo rentable y que aporte a la economía y a los atractivos turísticos del estado.

¿Se imaginan que la versión se hiciera realidad y tuviésemos en Puebla un verdadero tren turístico que ofrezca recorridos interesantes y una buena opción para los visitantes?

¿Algo así como El Chepe, aunque sea en una mucho menor escala pero ya con la intención de hacer algo más grande a futuro con una buena bolsa de recursos constantes y sonantes de la IP?

¿Por qué no pensar en un tren turístico Puebla-Tlaxcala?

Puebla es un estado que lo tiene todo: diez Pueblos Mágicos, naturaleza, paisajes, ríos, volcanes, flora, fauna y mucho más, incluso por la zona de las Cholulas, de donde arrancaría la primera etapa del nuevo tren turístico poblano.

Por cierto, El Chepe, originalmente el Ferrocarril Chihuahua-Pacífico, es una importante línea ferroviaria del noroeste de México que une a Chihuahua, ciudad, y a Los Mochis, en el estado de Sinaloa y en la costa del Océano Pacífico.

Es el único tren turístico del país que recorre 673 kilómetros, atravesando las Barrancas del Cobre, entre Chihuahua y Sinaloa.

El Chepe recorre diversos y espectaculares paisajes, bosques, ríos y montañas, con profundos cañones y hondonadas. El tren circula sobre 37 puentes a lo largo de su trayecto, y atraviesa el corazón de la Sierra Tarahumara, penetrando en 86 túneles durante el viaje.

Por qué no pensar que el Tren Turístico Puebla-Cholula pudiera convertirse en un magno proyecto, modificado, reconstruido y fortalecido por el actual Gobierno del estado, con el fin de lograr un verdadero atractivo para los visitantes nacionales e internacionales.

Un tren poblano, bien equipado, con restaurante, bar, comedor y otros espacios, que pudiera ampliar su recorrido, y no sólo limitarse —como antes— a ser un simple vehículo de carga o de pasaje como los trenes de antaño.

Me parece que el Gobierno del estado tiene allí un buen proyecto que apoyado de la IP podría dar para mucho más. Empero, depende mucho de los empresarios el potencial y/o crecimiento del proyecto.

Digo, si el Gobierno federal está edificando el Tren Maya con miles de millones de pesos, ¿por qué Puebla no pudiera lograr un atractivo que hasta pudiera cambiar de nombre y llamarse Tren Angelopolitano, o algo así?, el nombre es lo de menos.

Es cuestión de visión, de querer construir un plan maestro que detone el turismo en Puebla y trascender más allá de un gobierno de seis años.

Y lo mismo podría suceder con la Estrella de Puebla, el Teleférico, además de otros espacios como el Parque del Paso de los Gigantes y hasta con el Museo Internacional del Barroco.

Insisto, sólo es cuestión de tener voluntad y de querer apostarle verdaderamente al turismo, aprovechando la intención y las propuestas de la IP.

Puebla cerró el 2021 con buenos eventos turísticos, que aunque no de gran magnitud sí dieron pie a un buen momento para el sector y para muchos de sus proveedores en el estado los cuales viven de esto.

Sin embargo, hace falta más creatividad e idea para potenciar todos los atractivos que posee el estado y sus Pueblos Mágicos, porque no todo es festivales de luces, ni globos aerostáticos, ni museos.

Puebla es mucho más que eso, es cultura, gastronomía, campismo, rapel, senderismo, buceo, música, conciertos, teatro, en fin, es imprescindible que el turismo y sus expertos lleven la voz cantante en la recuperación económica del estado.

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