En el PAN los demonios andan sueltos, y tal parece que la nueva batalla entre el presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, y la aspirante a la reelección en la dirigencia albiazul, Genoveva Huerta Villegas, ya no tiene reconciliación.
Ni uno ni otro están dispuestos a ceder sus posturas y sus proyectos.
Ambos se sienten traicionados.
Y si había posibilidad de negociar y pactar, hace rato que eso feneció.
Antes, en su primer round, la disputa fue por la candidatura al ayuntamiento, y la pelea la ganó Lalo.
Hoy, durante el segundo campanazo, el pleito es por la dirigencia estatal del PAN.
Mañana, el tercer episodio de la reyerta, será por la candidatura al gobierno del estado, de cara a los comicios del 2024.
Empero, pareciera que esta vez la batalla por el PAN la ganará Genoveva porque lleva ventaja en varios sentidos; primero, porque tiene ya un periodo al frente del PAN estatal y ha recorrido el estado durante los últimos 3 años.
En segunda, porque cuenta con los recursos de su partido y el apoyo del dirigente nacional, Marko Cortés Mendoza, quien le prometió que se mantendría en el puesto si apoyaba su reelección.
Y en tercera, porque el proceso interno del PAN se organizó para que lo gane Genoveva, desde el inicio.
La aspirante a la dirigencia panista, Augusta Díaz de Rivera Hernández, parece haber empezado tarde la competencia, por lo que resultaría un verdadero logro el hecho de que obtenga un triunfo ante su contrincante Genoveva.
Además, los dados parecen estar cargados a favor de la también diputada federal con licencia, pues habrá que recordar que de acuerdo a la convocatoria aprobada por el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN, únicamente podrían inscribirse en la contienda mujeres militantes.
Por lo tanto, el grupo de Lalo Rivera tuvo que sustituir a Marcos Castro Martínez, quien originalmente era su gallo, pero ahora ira como secretario general de la planilla con Augusta Díaz de Rivera.
La misma convocatoria establece que los registros de los participantes serán emitidos por la comisión electoral hasta el próximo 15 de octubre, por lo que desde el 16 hasta el 13 de noviembre podrán realizar campaña las planillas aprobadas.
Lo cierto, es que en la medida que se acerca su toma de protesta como edil capitalino el grupo de Lalo Rivera parece tomar mucha más fuerza, toda vez que ayer acompañaron al registro de la planilla que encabeza Augusta, además del propio edil electo de Puebla, su par de San Andrés Cholula, Edmundo Tlatehui Percino.
La lucha por la dirigencia estatal panista será dura y no tendrá piedad porque no hay pacto ni de paz, ni de ningún otro tipo.
Es Lalo vs Genoveva y sus respectivos grupos, el que está a punto de gobernar el municipio más grande e importante del estado, y el que aún mantiene el control del PAN en Puebla, en el que aún queda el último resquicio del morenovallismo.
La competencia ya empezó incluso desde ayer, pues la planilla de Genoveva presentó 9 mil 197 firmas para respaldar su candidatura, mientras que la de Augusta Díaz de Rivera hizo lo propio presentando 6 mil firmas, tres mil menos.
Ya el primer golpe está dado.
Lo que me pregunto personalmente, es ¿cómo quedará el PAN después de esta elección interna, después del nuevo encontronazo entre Lalo y Genoveva?
¿A quién perjudica más esta pelea interna, a qué grupo?
Y luego ¿cómo llegará el PAN con esta división al 2024?
Sobre todo, pensando que Marko Cortés es el mejor aliado de Genoveva, quien ya no aceptaría a Lalo Rivera como su candidato al gobierno del estado.
Vamos a ver que sucede.
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