El experto en seguros, Fabricio Barrera Ruiz, informó que en México, sólo 3 de cada 10 personas quienes fallecieron a causa del COVID-19 contaban con un seguro de vida, lo que dejó al descubierto la falta de cultura de prevención ante eventualidades de la vida diaria que pudiera ocurrir.
El seguro de vida tiene dos finalidades: la primera vista desde la óptica de prever el fallecimiento súbito e inesperado con lo cual se protege a la familia para no dejarla sin los recursos necesarios para afrontar el futuro inmediato y la segunda sin necesidad de fallecer, esto, de acuerdo con el especialista.
“Mucha gente tiene la errática idea de que un seguro de vida es útil para quien fallece pero pierden de vista que en caso de la supervivencia de una persona que ya alcanzó una edad avanzada, después de la etapa productiva, puede contar con un sustento económico para afrontar la vejez”, señaló al tiempo de puntualizar que de ahí surge la necesidad imprescindible de contar con un seguro de vida.
Destacó que las personas al tomar conciencia de la importancia de estar protegidos y no dejar en el desamparo a sus familias, heredándoles tranquilidad y bienestar, despertó el interés de la población por adquirir un seguro de vida.
Finalmente, Fabricio Barrera Ruíz mencionó que las familias mexicanas no tienen considerado un monto presupuestado para un seguro no solo de vida, sino de gastos médicos o de otro tipo. El más común suele ser el de vehículos porque lo ven como una inversión más tangible en el día a día.