Una vez que el Consejo Universitario de la BUAP declaró legal, válido y legítimo el Proceso de Auscultación Sectorial, el cual derivó en el nombramiento de la Dra. Lilia Cedillo Ramírez como rectora electa de la institución (2021-2025), el ajetreo y jaloneo por los cargos empezó.
Y como en cualquier organización, grupo, sociedad, institución o gobierno, la gente y el reacomodo de los puestos, direcciones, cargos de confianza y, en particular, la composición del equipo de trabajo más cercano a la rectora electa se comenzó a mover.
Eso sí, no sin antes lanzar codazos, piquetes de ojos y una que otra zancadilla, para estar en el ánimo de la Dra. Lilia y así aspirar a un cargo en la BUAP.
Trascendió, incluso, que la nueva titular de comunicación de la máxima casa de estudios será Edwins García Hernández, aunque su designación tampoco se ha oficializado públicamente.
Sin embargo, el reacomodo al interior de la universidad se empezó a notar porque la clase política universitaria también hace grilla.
La nueva rectora debe ser muy cuidadosa con la designación de su equipo, porque los ojos del estado están puestos en ella y en la institución, y si dijo que se desea una relación de respeto con el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, entonces se tendría que armar un grupo con un perfil muy parecido al suyo.
La relación entre la BUAP y el gobierno del estado, debe recomponerse para conveniencia de toda la comunidad universitaria, incluso para beneficio de todo el estado.
En la Benemérita institución debe empezar una nueva etapa, sin rencores, más bien destacando lo que la administración del rector Alfonso Esparza Ortiz deja como legado, la infraestructura, los nuevos espacios, los avances en materia científica, el incremento en la matrícula y el lugar que la BUAP tiene como una de las instituciones más importantes del país y de América Latina.
En la BUAP debe haber calma y serenidad para que el periodo de transición sea terso, de respeto y profundo.
Afortunadamente, la rectora electa le apuesta a la rendición de cuentas y a la transparencia, por lo que eso se va a privilegiar en todos los niveles de la institución, del más alto al más bajo.
Seguramente, será en los próximos días como se irán definiendo los nombramientos y nuevos cargos en la BUAP, los cuales ahora dependerán de una sola mujer, de la rectora electa, la Dra. Lilia Cedillo.
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La estupidez ya tiene nombre
Vaya problema ocasionado por el empresario Bernardo Fernández Tanus al Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y a su presidente recién reelecto, José Ignacio Alarcón Rodríguez Pacheco, a quien le ha llovido sobre mojado.
Y es que al ridículo fanático de las redes sociales, quien pretendió hacerse el gracioso, subió a Tik-Tok un video en el que aparece tocando el trasero a distintos empresarios poblanos, durante un convivio entre agremiados al CCE, hecho que el propio Ignacio Alarcón descalifica y por el que se deslindó.
Incluso, hizo circular en los medios un comunicado -a nombre del CCE- en el que lamenta y reprueba las acciones de Bernardo Fernández, quien se exhibe como lo que es, y quien, además, fue calificado como “un vulgar entre los vulgares”, por parte del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta.
Es una pena que personas como Bernardo Fernández ridiculicen la imagen de los empresarios poblanos, quienes están pujando para recomponer su situación, y de uno de los organismos más importante que los alberga.
Empero, qué se puede esperar de alguien que se dice publicista y especialista en marketing, que tiene como lema en redes “Mi mejor versión cómo ser humano, está en dar lo mejor desde mi esencia”, y aparece tocándole el trasero a los demás.
Ya vimos cuál es su esencia.
¡Qué asco!
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