Algo pasó entre el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta y el presidente municipal panista de Atlixco, Guillermo Velázquez Gutiérrez, que las cosas entre ambos no andan bien.

¿Qué habrá pasado?

Si la luna de miel iba viento en popa.

Y es que mientras el edil panista, quien soñó con ser gobernador de Puebla y dirigente estatal del PAN al mismo tiempo, anunció que cerrará todas sus fronteras con Atlixco, el mandatario salió a decirle y a taparle la boca públicamente que su disposición es ilegal.

Así de seco, el fregadazo.

¿Y la comunicación entre ambos dónde quedó?

¿Y la camaradería?

Se supone que Memito tenía derecho de picaporte para hablar con el gobernador Barbosa, ya sin triangular con el titular de la Auditoría Superior del Estado (ASE), Francisco Romero Serrano, pero, insisto, algo pasó.

¿Quién se habrá salido del script?

¿Quién habría violado los acuerdos, y por qué?

¿O es el saldo de la ya de por sí mala relación entre el auditor y el gobernador poblano?

¿Qué será?

Lo cierto, es que la incongruencia de Memito más bien lo pone a él como el equivocado, toda vez que después de 2 años de pandemia apenas se le ocurre cerrar Atlixco a todo mundo, disque por los altos contagios y por la seguridad del municipio.

¿Hasta hoy, Memito?

¿Es en serio?

¿De cuál fumaste?

Como siempre, ya ahogado el niño ahora el pozo quiere tapar, eso sí.

El edil panista debería preocuparse más bien los por graves problemas que sufre su municipio como la inseguridad, el feminicidio, los asaltos a transeúntes, las ejecuciones, el narcotráfico, el secuestro y muchos otros que en tres años nunca pudo resolver, ni mucho menos minorizar.

Eso sí es muy preocupante.

No el estar queriendo protagonizar una telenovela que ya no le corresponde.

Eso que se lo deje a las nuevas autoridades.

Él, Memito, ya es historia.

A estas alturas que no quiera espantar con el petate el muerto, ni pretender tapar el sol con un dedo.

Guillermo Velázquez no tiene ni la calidad moral, ni la cara, ni el valor para prohibir nada en Atlixco, por una simple y sencilla razón: en el municipio de las flores ya nadie lo quiere.

Es más, les estorba a los ciudadanos para poder vivir en paz.

Y se lo demostraron votando en su contra y apoyando a la edil electa, de Morena, Ariadna Ayala Camarillo, quien le propinó una paliza en las urnas por su opacidad, corrupción y abuso como gobernante.

Así que lo que debería hacer Memito es dejar de molestar al prójimo, terminar de hacer sus maletas y esperar a largarse del cargo que todavía ostenta.

Quiere prohibir el paso a Atlixco y anuncia, al mismo tiempo, la realización de la segunda versión de la Feria del Elote.

¿Cómo carajo se le llama a eso?

¿Eres o no eres?

¿Te preocupas o no por la gente?

Por si no lo sabe, ayer, también, se anunció un festival del globo en Atlixco, apoyado por el gobierno del estado, el cual se realizará los próximos 2 y 3 de octubre.

¿A poco lo va a prohibir Memito?

Porque ya ni para eso lo tomaron en cuenta.

Francamente, su secretaría de turismo no sirvió de un carajo, desde el principio, porque nunca tuvo un proyecto serio para detonar al municipio.

Aunque habrá que decir que las pifias en turismo son un mal general en todo el estado, por eso el sector ni ha resucitado, ni se ha levantado, mucho menos prosperado.

Sin embargo, el festival del globo es una excelente idea para empezar a meter a Puebla a los grandes eventos.

Incluso se tardaron en Turismo del Estado, donde había un proyecto más ambicioso para la realización de lo que podría haber sido el llamado “Festival Internacional del Globo en Puebla”.

El proyecto estuvo en turismo desde que inició la administración, en otras dimensiones, con más idea, con un globo propio, obvio con una mayor inversión, pero con el mismo fin, el de promocionar a Puebla como un destino de talla internacional.

Y las ideas no faltan para lograrlo, más bien es que quieran entenderlo.

Lo mismo para promover a Puebla como uno de los destinos romance más importantes del país, tan sólo por ser la cuarta entidad más importante de la república.

Cosa que tampoco se ha comprendido.

Ojalá que un día se logre.

Pero que se logre, primero, recuperar la actividad turística en el estado; la estabilidad de todos sus proveedores, chicos, medianos y grandes, así como un proyecto serio que obligue a los turistas nacionales e internacionales a estar en Puebla en un viaje de placer, tan sólo por sus sorprendentes y mágicos lugares.

 

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