Un nadador sin brazos originario de Afganistán, de nombre Abbas Karimi, representante del equipo de refugiados no pudo colgarse una medalla en los Juegos Paralímpicos al quedar en el octavo lugar de los 50 metros mariposa S5, pero aprovechó para enviar un mensaje de esperanza.
La jefa de misión del equipo de refugiados dijo que Karimi dirigió “pensamientos y oraciones” al pueblo afgano, que ha vuelto a quedar bajo el control del régimen talibán.
Con información de La Jornada