Si bien los discursos progresistas alimentan la inclusión y la ruptura del pensamiento normativo, pocas veces atienden las necesidades de las personas con discapacidad. Para Paola Lorena Barroso Jiménez, es urgente abordar estos temas para crear entornos verdaderamente incluyentes.

Al tener una hermana con discapacidad visual, la joven es consciente de que las ciudades y los objetos que en ellas existen no han sido pensados para estas poblaciones. Junto a sus compañeros María José Chávez Castillo y Juan Armando Romero Gutiérrez, estudiantes de Diseño Industrial en la IBERO Puebla, concibieron un módulo inclusivo para llevar a cabo una de las tareas esenciales de la realidad actual: la sanitización.

La premisa parte de la forma en que las personas con discapacidad visual comprenden lo que ocurre en su entorno. Gracias a un exhaustivo estudio etnográfico, los estudiantes constataron que los usuarios potenciales experimentan ansiedad al desconocer el proceso de desinfección para entrar a espacios cerrados. “Ellos no querían un objeto necesariamente para ellos, que los distinguiera. Querían algo que todos pudiéramos utilizar”, aclara Lorena.

El módulo (https://www.youtube.com/watch?v=VC2TGP4wY48&feature=emb_title) cuenta con tapetes táctiles que permite a los usuarios, a través del contacto con los zapatos, saber en qué etapa se encuentran. Así, el circuito consta de cuatro momentos: el inicio; la rampa que conduce a la toma de temperatura; el dispensador de gel, y la rampa de bajada para el secado del calzado. El dispositivo cuenta con un barandal que incluye instrucciones en braille.

Si bien el proyecto permanece en la etapa de conceptualización y modelado, la coordinadora de Diseño Textil, Mariana González de la Rosa, celebra que el equipo (conformado por estudiantes de tercer semestre) haya aplicado los conocimientos y valores inculcados en las asignaturas. “Pensar siempre en eldiseño centrado en las personas y en el entorno es algo que han recibido en sus materias. Están comprendiendo el poder del diseño para transformar la realidad”.

Sana

Sonia Alexandra Race Ochoa realizó prácticas profesionales en un centro de equinoterapia en San Cristóbal de las Casas ahí se percató que muchos niños faltaban a su rehabilitación, provocando que perdieran los avances en su recuperación. La asistencia esporádica se debía a la falta de recursos económicos de las familias, los horarios de los padres o la desidia de los propios menores.

De regreso en Puebla, y junto a su compañera Naomi Hernández Soto, planteó la idea de un asistente que contribuya a la continuidad de las terapias. Como proyecto de titulación, las recién egresadas de Diseño de Interacción y Animación crearon Unio: sistema interactivo que consta de una aplicación digital y un muñeco de felpa con accesorios.

El proyecto, que obtuvo Mención de Plata en categoría App Estudiante, responde a las necesidades de salud al tiempo que se sitúa en las circunstancias de los usuarios. “No podemos decirle al usuario que siga su rehabilitación en casa por medio de una app; sería incongruente. Tomamos de la mano la interacción con un objeto físico para que pudieran tener rehabilitación motriz”, explica Naomi. En complemento, la aplicación ayuda a los padres a recordar los ejercicios de movilidad, además de llevar el registro de los avances con base en las sesiones.

Para ello diseñaron personajes inspirados en monstruos amigables para que los niños pudieran empatizar con ellos. “Cada personaje es un superhéroe que acompaña al paciente a lo largo de su terapia. Así, el niño tendrá la percepción que hará su terapia junto a su amigo”. Son cuatro muñecos y cada uno representa las etapas de la rehabilitación y las necesidades ergonómicas de cada fase.

Tras haber realizado las pruebas necesarias, las diseñadoras aseguran que Unio (https://www.youtube.com/watch?v=4W_ytqxuBHg&feature=emb_title) está listo para ser integrado a las herramientas del Centro de Rehabilitación y Educación Especial del Estado de Puebla (CREE), mismo que no ha agendado citas a sus pacientes durante la pandemia.

Citlalaxolotl, animal sagrado

Cuenta la leyenda que antes de ser una montaña, la Malinche fue atacada por la serpiente de fuego Tlecóatl. Para evitar más daños, el pueblo de San Miguel Canoa y los animales de la zona se unieron al ajolote pintado citlalaxolotl (quien lleva en sus escamas a las estrellas) para que los guiara a la cima de la montaña y juntos regresar a la serpiente de vuelta al centro de la Tierra.

Con ese aprendizaje y tras su estancia académica en la comunidad, tres diseñadores en formación conocieron esta historia de voz de los lugareños, y de la mano del Colectivo Equevería Cultural Ambiental para el Desarrollo Sostenible, los jóvenes entraron en contacto con los valores de la comunidad para conocer de cerca la relación simbiótica con la naturaleza.

“La montaña es representada como una mujer porque, para ellos, la Malinche tiene la imagen de madre”.

La experiencia intercultural los inspiró a crear el cortometraje animado Citlalaxolotl, forma de traducir al lenguaje visual un relato ancestral que funge como mito fundacional de toda una región. Como recuerda Irma Arellano Rojas, el diseño de personajes se realizó de manera conjunta con los jóvenes de la comunidad para que las representaciones fueran acorde a su imaginación.

El proceso de animación concluyó justo antes de que el equipo tuviera que abandonar el campus universitario por la emergencia sanitaria. El producto final, además de ser presentado como proyecto de titulación, fue distribuido entre la comunidad con una recepción favorable. “Sobre todo los más grandes estaban muy contentos. Decían: esas eran las historias que me contaban cuando era niño y ahora las estoy viendo”.

María Fernanda Quintanar, integrante del equipo, reconoce que los pobladores viven con un sentimiento de aislamiento frente a los retos ambientales y políticos en los que se han visto sumidos. “Debemos crear conciencia para no perder esta parte de la biodiversidad y la culturaespecialmente en tiempos en donde perdemos el sentido de identidad.

La animación es un lenguaje universal que trasciende al idioma oral y escrito; aun cuando no se entienden las palabras, el mensaje esencial persiste. El equipo sonríe ante las bondades de esta técnica para crear mundos desde cero y exponerlos a audiencias con diferentes perspectivas de la realidad. “Como poblano, muchas veces podrías olvidar que la Malinche sigue siendo parte del territorio, pero es dadora de vida”, concluye el alumno Ricardo González Pérez.

Para una mejor experiencia, consulta el reportaje completo de los ganadores de los premios a! Diseña en Medium https://bit.ly/3hKUvEE