La presidenta municipal de San Andrés Cholula, Karina Pérez Popoca, anda con la espada desenvainada y sigue aplicando aquello del “año de Hidalgo”, ante su próxima salida del gobierno que no pudo retener por el contundente rechazo de los ciudadanos.

Recientemente, informé que la zona de antros en San Andrés ya operaba normalmente y sin recato alguno, a pesar de la tercera ola de contagio causada por la pandemia y el Covid-19.

Sostuve que si bien los antros que se ubicaban exactamente al respaldo de la entrada de la Udlap permanecen cerrados, los que se están en las calles aledañas, contiguas y cercanas a ese mismo lugar ya operan incluso al 200 por ciento.

En los distintos negocios, disfrazados de restaurantes, se cuida que al ingreso se tome gel, se sanitice o purifique a los clientes, pero ya durante el transcurso de la noche las restricciones se olvidan.

Pasadas las copas y entrada la madrugada nadie utiliza cubre bocas, nadie tiene cuidado de nada, no hay sana distancia, ni mucho menos restricción alguna.

Y la autoridad, y Karina Pérez, bien gracias.

Lo anterior viene a colación por la ventajosa, corrupta, abusiva y estúpida acción del gobierno de San Andrés Cholula para con los comercios establecidos que sí respetan, o al menos tratan de hacerlo para tener ingresos, las exigencias que obliga la pandemia.

Ayer, personal de protección civil del gobierno de Karina Pérez clausuró la sucursal de Krispy Kreme, ubicada al interior de Palmas Plaza, del boulevard Atlixcayotl.

El motivo, o el argumento, para ejecutar el cierre del establecimiento fue que había rebasado el aforo del 30 por ciento permitido por el Gobierno del Estado, además que se habían registrado algunos reportes de clientes inconformes.

Yo me pregunto ¿y los antros de San Andrés Cholula que incluso operan hasta las 5 o 6 de la mañana, atiborrados de comensales, en su mayoría jóvenes de entre los 20 y 30 años, esos para cuándo?

¿A esos lugares quién los clausura, quién los molesta, o quién los regula?

¿Quién está haciendo el negocio de su vida con las mordidas?

Ya es el colmo del cinismo y del año de Hidalgo en San Andrés Cholula.

Mientras el municipio es un hervidero de contagio, de fiesta y de espacios donde no existe el Covid, la administración de Pérez Popoca se despacha con la cuchara grande multando a los comercios establecidos que con esfuerzo siguen operando.

Los gobiernos de Morena y de la 4T salieron peores que los conservadores, a quienes acusan de haberse robado todo y haber hecho un desastre.

San Andrés y Karina Pérez son un ejemplo.

Bien dicen, estos pegan con la izquierda pero cobran con la derecha.

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Ojalá que en Puebla no ocurra lo que a nivel nacional con las cientos de denuncias interpuestas en contra de cientos de funcionarios “corruptos y ladrones”, quienes a pesar de ello siguen libres y sin preocupación alguna.

Porque si bien no han sido pocas las denuncias interpuestas en contra de esos malos servidores públicos del gobierno pasado -del morenovallista-, lo cierto es que, al parecer, sólo uno de los peces gordos ha sido detenido y encarcelado, Eukid Castañón Herrera.

En el estado no debe pasar lo que sucede, por ejemplo, con los ex presidentes, quienes son acusados de todo pero no han sido molestados ni tocados con el pétalo de una rosa.

Ya se les organizó una consulta disque para enjuiciarlos, de más de 500 millones de pesos, y seguramente no va a pasar nada porque me parece que todo es una vil simulación.

En el estado se ha hablado de muchos funcionarios corruptos que siguen libres, morenovallistas, pachequistas y marinistas, ¿cómo para cuándo serán detenidos?

La inconformidad de un sector de la población para con el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) radica precisamente en eso, en que acusa a todo mundo pero no detiene a nadie.

Su credibilidad y aceptación, si bien se mantienen con buenos números, también han bajado. Ya no son las mismas de cuando llegó a la presidencia.

Aquí en Puebla se debe seguir el ejemplo de lo que no se debe hacer para perder credibilidad.

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