Si alguien quiere entender por qué la tercera ola de Covid-19 llegó para quedarse, y por qué está nuevamente matando a la gente, basta con que se proteja más no poder y se pasee una tarde-noche, por ejemplo, por la zona de antros de San Andrés Cholula.

Allí estos lugares ya operan todo el día, hasta pasadas las 3 de la mañana, a puerta cerrada, y sin temor alguno de la autoridad o de las clausuras que esta tendría que aplicar por no respetar las restricciones de la pandemia.

Los únicos lugares de diversión nocturna en San Andrés que están cerrados son los que se ubican exactamente frente a la Udlap, porque el resto trabajan de manera normal y hasta en un 200 por ciento de capacidad.

Los cholultecas, y los jóvenes que gustan de la diversión nocturna, ya no tienen miedo, a pesar de que las vacunas para menores de 40 aún ni siquiera llegan.

Mesas de 10, 20 y hasta 30 personas se ven en los famosos antros, los cuales operan disfrazados de restaurantes, en el mejor de los casos, o que de plano ya sin temor alguno trabajan a la vista de todos.

Los famosos antros están a todo lo que dan en San Andrés Cholula y la presidenta municipal de aquel municipio, Karina Pérez Popoca, ni su luz.

Con razón perdió la elección y el ayuntamiento.

Por algo ya no la quisieron en San Andrés, y optaron por regresar al PAN al poder.

Y es que, a pesar de las recomendaciones del gobierno del estado, sobre reducir el aforo de los lugares de diversión, así como recortar los horarios de operación, a Karina Pérez le vale un comino.

Los antros ya están trabajando a todo lo que dan, todo el fin de semana.

Ojalá que Protección Civil Estatal ponga orden y se de una vuelta en la zona de antros de San Andrés, donde se ve todos los fines de semana por qué se dio el rebrote de Covid-19 en Puebla, y donde no existe ni la pandemia, ni el cubrebocas, ni el menor cuidado y prevención para contrarrestar la enfermedad.

Y dónde, evidentemente, Karina Pérez aplica el famoso “año de Hidalgo”.

Sería interesante, incluso, saber que opina el edil electo de San Andrés Cholula, Edmundo Tlatehui Percino, de lo que sucede en el municipio que está por gobernar.

Sólo basta que se de una vuelta para que lo pueda comprobar.

Ya no es ninguna novedad la corrupción que se acusa y denuncia en el Sindicato Único de Empleados y Trabajadores del Honorable Ayuntamiento de Puebla, Instituciones Paramunicipales y Organismos Públicos Descentralizados (Suethapipopd) “Lic. Benito Juárez García”.

Porque a su líder charro, Gonzalo Juárez Méndez, todo mundo le ha refutado en la cara la sarta de actos de corrupción generados a la sazón del actual gobierno municipal, encabezado aún por Claudia Rivera Vivanco.

No cabe duda que Eduardo Rivera Pérez, presidente municipal electo de Puebla, va a tener que hacer algo para acabar con la corrupción y con la perpetuidad de Gonzalitos como líder del gremio que representa.

Un sindicato que, hay que subrayar, es un problema para la imagen del nuevo gobierno municipal, generado por el propio secretario general, quien únicamente desea permanecer como líder vitalicio, de administración en administración, para seguir sumando y sumando ceros a sus cuentas bancarias.

La denuncia realizada en contra de Gonzalitos, por tener más de 60 aviadores, familiares suyos, en la nómina municipal, no es ninguna novedad.

Lo realmente interesante sería saber cuántos más actos de abuso y corrupción se han cometido en la Comuna para beneficiar los intereses del líder sindical, quien no tenía ni un quinto cuando llegó como secretario general.

Porque la fortuna que posee no salió de su sueldo como empleado.

Y quién sabe si el millón de pesos que cuestan esos aviadores no se lo embolse directamente Gonzalitos.

A ver si no a Lalo Rivera le dejan todo un cochinero que va a tener que limpiar para evitar futuros problemas municipales.

De entrada, va a tener que hacer obra pública inmediata porque la ciudad de Puebla y sus calles, tan sólo por las lluvias, es todo un caos.

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