Si a alguien le debe el PAN poblano el triunfo de la pasada elección en la capital, el cual le permitió recuperar el Ayuntamiento de Puebla y el municipio más importante en el estado, es ni más ni menos que a Eduardo Rivera Pérez.

Eso es lo justo y real.

Y quien no lo vea así, o quien pretenda quererse pasar de listo, o de lista, intentando confundir a los panistas poblanos diciendo lo contrario, engañándolos con el petate del muerto, se está equivocando.

Es más, está escupiendo al cielo.

Y las razones para sostener que Lalo Rivera ganó la elección pasada y que él solo recuperó la ciudad son muchas.

La primera y la más importante, tal vez, es que supo convencer a los poblanos de su proyecto, de lo importante que era generar un cambio urgente para recupera la ciudad y el tiempo perdido.

La fórmula operada, primero, para ganar la candidatura pesó mucho; posteriormente, Lalo negoció, gestionó y convenció a la militancia panista, a sus distintos liderazgos y a los indecisos, quienes le dieron el toque para poder avasallar a su oponente, de su proyecto de gobierno.

Fueron 318 mil 424 votos los que obtuvo, gracias a su liderazgo, trabajo en tierra y al apoyo de la gente.

La alianza entre los partidos PAN, PRI, PRD, PSI y CPP se concretó por Lalo Rivera y nadie más. Ni la dirigencia estatal del albiazul, encabezada por Genoveva Huerta Villegas; ni mucho menos la municipal, que representa Jesús Zaldívar Benavides, tuvo que ver en el tema.

Fue Lalo quien negoció, operó y concreto la coalición.

El hoy presidente municipal electo de Puebla tiene un doble triunfo porque tomó revancha, y superó el descalabro que sufrió en la elección de 2018, frente a la aún edil de Morena, Claudia Rivera Vivanco, ya que incrementó su votación hasta en un 25 por ciento.

Morena, hay que subrayarlo, fue arrasada por el PAN y Lalo Rivera, quien a pesar de que nadó contracorriente nunca perdió el objetivo de ganar la elección y erigirse como el nuevo edil capitalino.

En aquella elección del 2018 Lalo obtuvo 253 mil 394 sufragios, en cambio Claudia Rivera logró 343 mil 98 votos, según cifras oficiales del Instituto Electoral del Estado (IEE).

La diferencia entre uno y otro, en aquel momento, fue de 89 mil 704 sufragios. Mientras que en la reciente elección del 06 de junio la ventaja que le sacó el panista a Claudia fue de 128 mil 820 votos.

Y es que Morena sumó un total de 189 mil 604 votos, en tanto Lalo sumo 318 mil 424 apoyos, lo que le dio un triunfo irreversible y contundente a Eduardo Rivera, según cifras del organismo electoral poblano.

La mentada 4T perdió 189 mil 604 votos, del 2018 al 2021, y Lalo Rivera incrementó hasta en 65 mil 30 sufragios sus apoyos.

Se equivoca la dirigente estatal del PAN, Genoveva Huerta, al exigir 10, 15, 20, 25 o hasta el 50% de los espacios y cargos en el Ayuntamiento de Puebla que va a encabezar Lalo Rivera. Simple y sencillamente no le corresponden.

El querer colgarse, adjudicarse, o agandallarse un triunfo que no es tuyo, cuando ni siquiera querías que Lalo fuese candidato, y cuando incluso operaste para que perdiera, es totalmente ruin y vergonzoso.

¿Qué, carajo, nos les da pena?

¿Y la dignidad, el orgullo y la decencia dónde quedan?

¿O tampoco existen en su diccionario?

Hoy por hoy, el líder del PAN en Puebla, quien lleva la batuta, por lógica y por su triunfo, es Lalo Rivera, quien sigue sumando adeptos, estructura, aliados y apoyos en torno a su próximo gobierno.

Quien no lo quiera ver así, insisto, y sólo esté dedicada al golpeteo, a la doble cara, a la triple moral, al juego de tres bandas, y a todo lo que sea joder al prójimo y al próximo gobierno de Eduardo Rivera se va a topar con pared.

Ojalá que a Lalo Rivera lo dejen trabajar tranquilo, particularmente desde su partido, porque Puebla capital necesita desarrollo, obras, servicios, bacheo, seguridad, empleo y mucho empuje para salir adelante.

De lo contrario, todos vamos a salir perdiendo, ciudadanos, el PAN y el nuevo gobierno.

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