Por: Alfonso González
A dos semanas que concluyan las campañas, y que el 06 de junio, día de la jornada electoral, llegue, es prudente cuestionar ¿alguien se acuerda de los candidatos, de las alianzas y partidos que participan?
Porque, tal parece, que la temporada electoral, para los partidos y sus candidatos, ha sido un completo fracaso.
La pandemia es el factor más importante por el que este ejercicio democrático parece haber fracasado.
Y es que hoy no se vieron los eventos multitudinarios, las concentraciones masivas de gente, los acarreados, el gasto millonario en basura electoral, la entrega indiscriminada de artículos publicitarios, de despensas y de todo tipo de dádivas para comprar el voto.
En general, las campañas han sido grises, opacas, burdas y ridículas, las cuales no despertaron, ni parece que provocarán, el interés de la gente.
De gente, por cierto, cansada de tantas arbitrariedades.
De mexicanos hartos de los engaños de los políticos, de los partidos y de sus gobernantes.
De ciudadanos de a pie que perdieron la esperanza en las elecciones y en sus cientos y miles de promesas incumplidas.
De poblanos cansados de tantas mentiras.
Allí está el claro ejemplo de la 4T y su opacidad como un “proyecto esperanzador” y de gobierno. Las promeses de campaña del obradorismo, esas que aseguraron resolverían todo, pero que no han podido con nada; ni llegaron, ni llegarán, ni nunca serán realidad.
Los ciudadanos nos seguimos rascando con nuestras propias uñas. Nos cuidamos por nuestros propios medios.
Y así, seguramente, seguiremos.
Por ello, tal vez, lo gris y opaco de las campañas, de las alianzas y de sus candidatos.
¿A quién carajo le preocupa una campaña, o votar por un candidato, cuando no tiene nada en el estómago, cuando no tiene que darle de comer a su familia?
¿Alguien conoce a los candidatos a diputados locales y federales?
Ni Morena parece haber despertado el interés de los poblanos, en particular.
En el estado sólo vemos campañas negras, de lodo, guerra sucia y descalificaciones, lo que implica que el ganador de la contienda será el que menos cola tenga que le pisen, el que más “decente” y “honorable” parezca.
La elección en Puebla capital, la cereza del pastel, como le dicen, tampoco ha prendido a los poblanos.
La batalla electoral en la capital, no hay duda, sólo es entre Eduardo Rivera Pérez, el candidato de Va Por Puebla, encabezada por el PAN; y Claudia Rivera Vivanco, candidata de Morena y quien desea reelegirse en el cargo.
El resto de los candidatos, hay que subrayarlo, sólo es de relleno, de distracción, y sirve como un apoyo o un estorbo a Lalo y a Claudia.
El delantero en las encuestas sigue siendo el candidato panista, quien aventaja entre 15 y 20 puntos de diferencia a la morenista, candidata que ha comentado -en entrevistas banqueteras- que lleva la delantera, pero sin mostrar sus encuestas y/o las empresas que las avalan.
Lo cierto, es que si esta tendencia se da hasta la tercera semana de elección sería prácticamente imposible revertirla.
Eso sí, Morena y Claudia aún no están muertas, por lo que habrá que esperar si la percepción y el apoyo de la gente cambia.
Aún falta saber que dicen los indecisos, los jóvenes y las personas de la tercera edad, quienes están recibiendo la vacuna por parte de la federación, encabezada por Morena.
Sin embargo, en general las campañas y el proceso electoral han sido opacos, sin interés alguno por parte de la gente.
Hoy por hoy los poblanos, insisto, están más preocupados por la crisis económica, por haberse quedado sin empleo, por cuidarse y no ser asaltados, por los baches, por la falta de obra, por la mala educación de sus hijos, y por muchas cosas más, responsabilidad de los gobiernos.
Las elecciones, apuesto doble o nada, les valen un reverendo cacahuate.
Y luego si los medios contribuimos a la guerra sucia y al descredito de uno u otro, ya se imaginarán.
Será una suerte si la votación rebasa el 30 por ciento de participación.
Ya lo verán.
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