Por: Alfonso González

Los candidatos de los distintos partidos en Puebla, y en general en el resto del país, han tenido que recurrir a cualquier estrategia o ridículo para poder lograr la simpatía y la atención de la gente porque de lo contario no levantan.

Así es, y no levantan ni el ánimo del elector, ni el de los medios de comunicación.

Y la razón del ridículo que realizan muchos de los candidatos que participan en las campañas del actual proceso electoral es muy sencilla: carecen de propuestas.

No cuentan, además, con planes y programas para poder convencer al electorado a que voto por ellos y ellas.

Aunado a ello, el descontento de la gente, por el caos en la aplicación de la vacuna contra el Covid-19, por la falta de apoyo del gobierno a la economía, a la salud de los sectores más vulnerables como los niños con cáncer, por la crisis en materia de seguridad, pero, sobre todo por los escándalos sexuales y el más reciente en la línea 12 del metro, parece agudizarse peligrosamente.

Esto implicaría que la participación de los ciudadanos en la próxima jornada electoral fuese muy baja, y beneficie únicamente a quien cuenta con la mejor estructura y con el mejor presupuesto económico para afrontar la campaña.

Morena y sus candidatos están siendo golpeados por fenómenos como el del ex candidato a diputado federal poblano Saúl Huerta Corona, así como el de Félix Salgado Macedonio y, recientemente, insisto, la tragedia del metro de la Ciudad de México.

Ni la popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) parece detener la rabia de los ciudadanos ante estos problemas políticos, sociales y del poder.

Sin embargo, los panistas no cantan mal las rancheras porque, al menos en Puebla, se siguen enfrentando en lo oscurito, desde el anonimato y al interior de su casa.

Están aprovechando los escándalos registrados en Morena para hacer campaña, se valieron del viejo truco de las famosas promesas firmadas púbicamente y ante notario, porque no tienen propuestas.

No levantan los candidatos ni de uno, ni de otro partido.

Por ello es que están recurriendo a actuaciones ridículas, al acarreo pagado, a las mentiras y soluciones falsas, así como a la entrega de toda clase de dadivas, utilitarios y a las mil y una promesas que se hacen en campaña para lograr captar el voto.

Allí está el caso de Luis Alberto Cortés Hernández, candidato de Movimiento Ciudadano (MC) a diputado local por el distrito XII, con cabecera en Amozoc, quien se vistió de súper héroe, con todo y capa, para arrancar campaña y captar la atención de los ciudadanos.

Porque de otra forma, parece que no podría ser un abanderado de interés para los poblanos. Nadie lo conoce.

Algunas otras candidatas, como la de Morena a presidenta municipal de Huauchinango, Liliana Luna Aguirre, han decidido despilfarrar dinero y recursos para distribuir por todo el municipio gorras, sombrillas, pañoletas, mandiles, pulseras y toda clase de artículos publicitarios a fin de lograr el interés de la gente.

Se dice, incluso, que la aspirante a edil, quien está enfrentada a muerte con un ala de Morena en Huachinango, paga porque la gente la acompañe en sus mítines.

Y si le rascamos, seguro encontramos otros candidatos y candidatas que no tienen ni idea de cómo lograr el apoyo de la gente, pues creen que sólo por su linda cara, o por regalar algo les van a conceder su sufragio.

Lamentablemente en Puebla los candidatos de los distintos partidos no prenden del ánimo de la gente, mucho menos inspiran confianza por ser los mismos de siempre, o por sus constantes ridículos.

Jesús Zaldívar Benavides, actual candidato a diputado local del PAN y la alianza Va por México, nunca le resultó -en 2018- la estrategia de colocar en los distribuidores viales a un grupo de jóvenes disfrazados de soldados imperiales de Star Wars, mejor conocidos como Stormtroopers, por lo que para esta campaña prefirió no repetir ese ridículo.

Me parece que ni los ex futbolistas, ni los aspirantes “más populares” han despertado el espíritu electoral de los poblanos.

De no ser por la revancha que juegan Claudia Rivera Vivanco y Eduardo Rivera Pérez, candidatos a edil por Puebla capital, de Morena y el PAN, respectivamente, esta elección se caracterizaría por su poca contundencia.

Tal vez porque a los ciudadanos ya les pesa mucho la crisis social, de salud, de inseguridad y la económica que existen en el país. Esa misma que parece haber terminado con la poca confianza que los mexicanos le tenían a los políticos.

No es novedad, entonces, que los hoy candidatos hagan tantos ridículos.

 

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