En redes sociales se ha incitado la campaña de búsqueda del joven que sobrevivió al accidente del Metro Olivos de la Línea 12 en la Ciudad de México.

Luego de conocer su testimonio, gracias a una entrevista hecha por Ruido en la Red, los cibernautas se conmovieron con su historia y quieren solidarizarse con el originario de Tabasco.

El joven identificado como Miguel Córdova Córdova  vivió la desgracia del Metro Olivos desde otra perspectiva, pues en el momento del colapso se encontraba acostado debajo del puente, lugar habitual que usa para dormir.

“Eran más o menos como las 10 de la noche cuando se escuchó como si tronara un fierro, se cimbró la banqueta donde estábamos nosotros acostados en el segundo pilar del puente”, dijo.

En su declaración, Miguel compartió que tiene 10 años de vivir en la ciudad y que se dedica a vender botellas de plástico y latas que junta, su salario diario es de 20 o 30 pesos. Utiliza 11 pesos para comer en un comedor comunitario y diariamente transita, en unas seis ocasiones, la avenida y calles aledañas a la estación Olivos.

En redes sociales hay numerosos testimonios de familiares de las víctimas del colapso del Metro de la Línea 12. Como el caso de Nancy, quien había sido reportada como desaparecida tras el accidente y más tarde fue hallada sin vida.

Fue gracias a la empatía del relato de Miguel y la complicada situación que enfrenta todos los días que muchos usuarios de Twitter comenzaron a preguntar sobre su paradero para ayudarlo. Inclusive lanzaron el hashtag #BuscandoAMiguel,  para localizarlo lo más pronto posible.

Como él mismo lo señaló, durante el día recorre otras colonias en busca de botellas para vender por lo que la búsqueda aún no ha tenido éxito. Entre quienes se han ofrecido a ayudar a Miguel está Simón Levy, ex funcionario, que ofreció empleo a Miguel a través de su cuenta de Twitter.

Miguel, quien se mostró triste luego de lo que vivió, señaló que desde la construcción del tramo de la Línea 12, los pilares fueron montados en arena suelta lo que ocasiona que cada que pasa un convoy se mueva el suelo, temiendo que en un temblor pueda ocurrir otra desgracia.

“Siempre busco un lugar al aire libre (para dormir) pero cuando ya me canso me quedo abajo del puente pero se siente muy feo, el último metro que viene en la noche viene cargadísimo para llegar al paradero y se cimbra.”

Miguel camina todos los días, hasta en seis ocasiones por el lugar del accidente, desde el paradero hasta Atlalilco y viceversa para juntar botellas y latas que vende cerca de las minas ubicadas por La Polvorilla. Al finalizar su entrevista habla de su sentir con la experiencia que presenció y contener las emociones no fue sencillo.

“Venía llorando desde la Nopalera, porque dije hay gente que a lo mejor no se despidió de su familia […] Anoche era una desesperación de los niños y la gente que gritaba cuando se vino abajo, horrible, y no me lo van a contar porque yo lo viví.”

Para evitar otra tragedia, usuarios de esta misma red social denunciaron las malas condiciones de otras estaciones del Metro, como Pantitlán y Oceanía, que presentan desniveles en algunas de sus estructuras.

La noche del lunes, Miguel no estaba solo, se encontraba con algunos de sus amigos que también corrieron al escuchar el estruendo ocasionado por la caída del metro.