Bajo llave, y en medio de un clima muy reservado, de sospechosismo y suspicacia, Morena, el partido de la 4T, mantiene su lista de candidatos por Puebla, particularmente los que buscan alguno de los 217 municipios que conforman el estado.

Especialmente los que integran la zona conurbada como Puebla y Cholula -San Pedro y San Andrés-, uno de ellos, por el que se agudizó el pleito entre el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta y la presidenta municipal de la capital, Claudia Rivera Vivanco.

Porque el conflicto retumbó y llegó hasta Palacio Nacional, donde despacha Andrés Manuel López Obrador, titular del ejecutivo, quien, dicen, está harto del pleito entre ambos gobernantes.

Y está cansado de la disputa porque sabe perfectamente que, de continuar, y si trasciende hasta las campañas, luego de la designación del candidato del municipio de Puebla, su partido tendría prácticamente asegurada la derrota.

Porque ninguno de los personajes en conflicto va a ayudar al otro si no es su candidato el que compite, el que fue electo.

Es muy fácil determinarlo, si Claudia es la candidata entonces el mandatario estatal no va a mover un solo dedo para apoyar a Morena en la ciudad, mucho menos para promover el voto a favor de su abanderada.

La presidenta no se ha logrado someter y tomó, desde hace ya un buen rato, su propio camino, en el que ella misma decide y nadie más.

Es un hecho que no habrá ni pacto de reconciliación, ni tregua alguna entre ella y el gobernador Barbosa, porque las ofensas entre ambos son muchas y muy graves. Se han amenazado y dicho de todo.

El gobernador parece dispuesto a jugar con la oposición que ayudar a Claudia Rivera a que se reelija.

En cambio, si Gabriel Biestro Medinilla resulta el elegido, porque me parece que el tema de José Luis Sánchez Sola, “El chelis”, sólo era una distracción, la aún presidenta municipal tampoco haría algo para ayudarlo a tratar de ganar la elección y retener la capital para su partido.

Está visto que las autoridades del municipio realizarían una campaña de brazos caídos y darían por perdida la ciudad para Morena.

Eso sí, el más beneficiado en toda esta trama de pleito, rencor y revancha resultará el abanderado panista, Eduardo Rivera Pérez, quien recibiría el apoyo de alguna de las dos partes en conflicto.

Así está de peligroso el pleito de Morena por sus candidaturas.

Un problema que seguramente será peor que el del PAN, con repercusiones más graves, donde ya salieron a relucir incluso denuncias por acoso sexual, al parecer, por la disputa y rivalidades relacionadas con el jaloneo por las candidaturas.

Vaya que se llevan pesado los panistas, quienes no terminan de apaciguar las aguas de su partido ni porque ya existe un acuerdo entre sus principales corrientes, la del yunque y la que quedó del morenovallismo.

En Morena el pleito apenas empieza porque faltan las impugnaciones, las cuales se pretende superar retrasando el resultado de las encuestas que definirán a sus candidatos, y la decisión de quién iría como abanderado y abanderada de las diputaciones locales y federales.

También en la casa de Morena se prevé un pleito como el que el Acción Nacional aún mantiene por la designación de sus candidatos.

De entrada, un grupo de militantes de Morena, encabezados por el ex secretario de gobernación, David Méndez Márquez, anunciaron que demandarán el proceso de selección de candidatos de su partido por falta de transparencia.

Ya veremos hasta que altura llegan.

Por lo pronto, se dice que el gobernador Barbosa habría hablado con el presidente de la república, en la visita que tuvo a Palacio Nacional la semana pasada, sobre el tema de las candidaturas. Empero, las conclusiones de esa conversación también se mantienen en sigilo.

Trascendió que muy probablemente le habría pedido que fuese Biestro el candidato por Puebla, aunque tampoco ha habido visos de que ello sea cierto.

[email protected]

En twitter: @poncharelazo

Facebook: Alfonso González