Este miércoles, el Papa Francisco condenó a los fabricantes de armas y traficantes por vender estos equipos letales a “terroristas”, en comentarios en los que reflexionó sobre su reciente visita a Irak.
El Sumo Pontífice describió el viaje como “una señal de esperanza después de años de guerra y terrorismo y durante una grave pandemia”, tanto para cristianos como para musulmanes.
La rivalidad entre Irán y Estados Unidos en la región han provocado que Irak sufra por una mala gestión de gobierno crónica, corrupción y altos niveles de violencia vinculados, cuando ya han pasado 18 años desde la invasión estadounidense a la nación petrolera.
El domingo, el Santo Padre vio ruinas de casas e iglesias en la ciudad norteña de Mosul, que fue ocupada por el Estado Islámico de 2014 a 2017.
El Papa Francisco ha dicho en el pasado que los fabricantes y traficantes de armas tendrían que responder a Dios algún día.