Para muchas generaciones de ciudadanos el concepto “reelección” no significa nada bueno, por el contrario atrae ideas negativas de los gobernantes y políticos que aspiran a gozar de tal privilegio; por lo que aquellas y aquellos que buscan reelegirse porque suponen que su desempeño público les da ese derecho, pues ojalá tengan considerado que el término “reelección” podría jugar en su contra.
A millones de estudiantes nos adoctrinaron en las aulas diciendo que la reelección era enemiga de la democracia. Nos grabaron en la mente la frase Maderista: “Sufragio efectivo NO reelección”. Nos dijeron que perpetuarse en un cargo de elección no es bueno y ahora algunos diputados o alcaldes se nos ponen enfrente y dicen que quieren reelegirse. ¿Creen que sea buena idea?
Hoy que en México la prohibición de la reelección ha ido al cesto de la basura porque en las democracias modernas del mundo se ha concluido que no es mala, sino que puede ser positiva; pues el 6 de junio será la primera vez que los mexicanos podrán demostrar si están de acuerdo o no con la “ratificación”. Pero ¿habrá plena comprensión del concepto y madurez para aceptar los alcances y resultados de tal ejercicio?
En la actualidad ni los partidos políticos, ni los gobernantes y ni las instituciones se han preocupado por educar a la sociedad con relación al concepto de reelección. Para muchos no significará un impedimento en sus aspiraciones, pero para otros puede ser un factor para ser rechazados en automático, sobre todo por aquellas generaciones que tienen mala concepción del término que ha reforzado con su experiencia vivida y evaluación del desempeño de aquellos gobernantes que lejos de servirle a su pueblo, han llegado a servirse del pueblo.
En suma. En las elecciones de junio el factor “reelección” podría pasar sin mayor relevancia, pero también podría pesar mucho y ser un elemento de preocupación para aquellos candidatos con pésimo desempeño público, pero que pese a ello quieren perpetuarse en el cargo que ocupan. ¡Ya veremos como nos va!
Cortos de la política camotera.
Tras el “exabrupto” del diputado de Morena, Emilio Maurer, al llamar “esquizofrénica mujer” a la diputada panista Mónica Rodríguez durante la sesión del pleno, llegó la crucifixión del legislador. ¡Ni modo! Ante la condena social, el legislador no tuvo de otra más que rectificar y desbordarse ofreciendo “dulces” disculpas a su homóloga que hasta ahora no le han servido de nada porque de cualquier modo la diputada no retiró sus quejas ante el Instituto Electoral del Estado. Quizá eso sea lo que más le preocupa a Emilio Maurer, que la denuncia sea una mancha en su expediente justo en este momento, justo cuando en sus planes inmediatos está buscar la reelección. ¡Ni modo!
Los panistas del San Pedro Cholula andan contentos y felices con su inminente candidata a la presidencia municipal, Paola Angón; pues se jactan que es una mujer oriunda del lugar y es militante activa desde hace 18 años. Pero además exaltan que es un ejemplo de mujer por su condición de empresaria, comprometida con la educación, mamá soltera que ha dado el mejor ejemplo a sus 3 hijas y que siempre apoya incondicionalmente a las mujeres de su comunidad. Por ser un talento con buenos niveles de aceptación, los panistas de Cholula confían que Paola Angón Silva será la mejor candidata. Por cierto que la aspirante se vio muy contenta saludando a Ricardo Anaya en su visita relámpago del pasado lunes.
En más de panistas. Sin tener la más mínima posibilidad de competir, dos militantes se le pusieron enfrente a Eduardo Rivera Pérez en el camino por la candidatura del PAN a la alcaldía de Puebla. Aunque Lalo prácticamente tienen en la bolsa la candidatura que será por designación directa; dos personajes con sus razones y finalmente haciendo uso de sus derechos partidistas, tanto Ricardo Gali Saucillo como Pedro Gutiérrez, también se inscribieron en el proceso de convocatoria. Aunque ya saben cuál será el final de la historia, al final ya podrán presumir que intentaron ser candidatos a la presidencia municipal capitalina pero no se pudo. ¡Ni modo!
